El general Michel Aoun, l¨ªder antisirio liban¨¦s, vuelve a Beirut tras 15 a?os exiliado
200.000 personas aclaman al dirigente cristiano, que en 1989 declar¨® la guerra a Damasco
El general Michel Aoun, de 70 a?os, uno de los l¨ªderes libaneses que m¨¢s criticaron y combatieron la ocupaci¨®n siria, regres¨® ayer a Beirut poniendo punto final a 15 a?os de exilio en Par¨ªs. Aoun, que entre 1988 y 1990 lider¨® un Gobierno militar cristiano de transici¨®n y que tuvo la osad¨ªa de declarar la guerra a Damasco, fue aclamado en las calles de la capital por m¨¢s de 200.000 personas. Sus seguidores tratan de auparlo como nuevo presidente de L¨ªbano, en sustituci¨®n del actual mandatario prosirio, Emile Lahoud, con el benepl¨¢cito de EE UU y Francia.
"?ste es un d¨ªa de alegr¨ªa. Regreso cuando brilla de nuevo el sol de la libertad, para que podamos construir todos juntos un nuevo L¨ªbano", asegur¨® ayer Michel Aoun a la prensa, en la sala de actos del aeropuerto de Beirut, minutos despu¨¦s de que, acompa?ado por su esposa, Nadia, y por un grupo de seguidores y colaboradores, descendiera de un avi¨®n que le hab¨ªa tra¨ªdo desde su exilio de Par¨ªs.
Las palabras de Aoun, difundidas en directo por todas las cadenas de radio y televisi¨®n libanesas, fueron aclamadas y vitoreadas por millares de militantes y simpatizantes de su organizaci¨®n, Corriente Patri¨®tica Libre, que se hab¨ªan concentrado en los alrededores del aeropuerto, pero tambi¨¦n en la plaza de la Libertad, en el centro de Beirut, en la que minutos m¨¢s tarde el l¨ªder deb¨ªa pronunciar su primer discurso.
El general Michel Aoun, que nunca ha escondido sus ambiciones por convertirse en el presidente de L¨ªbano, asegur¨®, sin embargo, que no piensa presentarse a las elecciones, aunque s¨ª aceptar¨¢ el cargo si las diferentes fuerzas pol¨ªticas y los libaneses le plebiscitan para ello. Aoun trata de esta manera de convertirse para el L¨ªbano en una especie de general Charles de Gaulle, quien al final de la II Guerra Mundial fue el art¨ªfice de la Francia liberada.
Recelos musulmanes
Pero muchos, especialmente los sectores musulmanes, ven a Aoun como un megal¨®mano peligroso, al que despreciativamente han bautizado con el nombre de Napolaoun.
A pesar de todas las pol¨¦micas que desata la figura de este l¨ªder militar cristiano maronita, lo cierto es que su llegada ha supuesto para L¨ªbano el primer gran acto de reconciliaci¨®n pol¨ªtica, tras la salida de las tropas sirias del pa¨ªs hace poco menos de una decena de d¨ªas. Antes de que Aoun regresara al pa¨ªs, los tribunales y el Parlamento dejaron sin efecto una orden de detenci¨®n dictada contra ¨¦l, as¨ª como diferentes cargos criminales que le acusaban de conspiraci¨®n, usurpaci¨®n de poderes pol¨ªticos y militares, apropiaci¨®n de fondos p¨²blicos y atentar contra las relaciones entre Siria y L¨ªbano en un discurso que pronunci¨® ante el Congreso de Estados Unidos en 2003.
Michel Aoun aspira volver a ocupar un lugar prominente del escenario pol¨ªtico liban¨¦s utilizando como reclamo un hecho hist¨®rico indiscutible: su decisi¨®n, en 1989, cuando era jefe de Gobierno militar interino, de declarar la guerra a Siria, contando para ello con la ayuda de Francia y del armamento proporcionado por el entonces presidente iraqu¨ª, Sadam Husein. Fue un gesto suicida y pol¨¦mico que prolong¨® la guerra civil libanesa, provoc¨® millares de muertos y acab¨® llev¨¢ndole al exilio. Ahora tratar¨¢ de sacar rentabilidad a aquel gesto.
Aoun, sin embargo, no es el ¨²nico exiliado. Otros l¨ªderes y militantes pol¨ªticos esperan asimismo ser amnistiados; empezando por el cristiano maronita Samir Gagea, el jefe de las Fuerzas Libanesas, que cumple tres cadenas a perpetuidad por diversos atentados, entre ellos el perpetrado contra el ex primer ministro Rachid Karame en 1987 o el que cost¨® la vida a cuatro fieles que se encontraban reunidos en una iglesia.
Pero la amnist¨ªa m¨¢s pol¨¦mica y de la que menos se habla estos d¨ªas en L¨ªbano es la que espera el general Antoine Lahad y sus hombres, que combatieron al lado de Israel durante los 18 a?os que dur¨® la ocupaci¨®n hebrea del sur del pa¨ªs. Refugiados en Tel Aviv, donde se les considera ciudadanos de segunda clase, no ans¨ªan otra cosa que poder volver a casa.
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