El nuevo lenguaje del toreo
Probablemente Pablo Hermoso de Mendoza no tenga nada que ver con Ferdinand de Saussure. Pero si el sabio suizo est¨¢ considerado como el fundador de la moderna ling¨¹¨ªstica, el rejoneador navarro ha descubierto el nuevo lenguaje en la tauromaquia. De hecho, sus c¨®digos estil¨ªsticos est¨¢n a¨²n por describir, el significado con el que aborda las faenas y el di¨¢logo que establece en el ruedo son ef¨ªmeros como una met¨¢fora, pero cuando sucede lo que pas¨® ayer con el primero de la tarde, las palabras pierden el significante y no queda m¨¢s remedio que recurrir a la semi¨®tica, a la pasi¨®n desnuda, al silencio ensimismado del signo que conmueve por una profundidad alejada de cualquier adjetivaci¨®n. No mat¨® y volvimos a la gram¨¢tica contempor¨¢nea, ?sa que se rebosa de toreros f¨¢cilmente predecibles y de astados que van sin ton ni son olvidando su estirpe milenaria. De todas formas, Sebasti¨¢n Castella, diestro dotado de un valor seco y temerario, tuvo el desaf¨ªo de construir una faena al quinto. Se olvid¨® por un momento de la absurda monoman¨ªa de recortar los espacios y decidi¨® quedarse quieto en dos tandas de muletazos por la izquierda en las que consigui¨® el milagro de la ligaz¨®n. A veces le acompa?¨® el temple, y entonces las palmas echaron humo.
P¨¦rez Tabernero, Guti¨¦rrez Lorenzo / Hermoso, Castella, Manzanares
Dos toros para rejones de Guti¨¦rrez Lorenzo, el primero de gran juego; el resto, de Juan P¨¦rez Tabernero, desiguales. Hermoso de Mendoza: saludos y oreja Sebasti¨¢n Castella: silencio tras dos avisos y saludos tras aviso Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares: silencio en ambos. Plaza La Ribera.
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