Unidos contra Mubarak
El movimiento Kifaya, que re¨²ne desde la derecha liberal hasta los comunistas, pasando por los naseristas e islamistas, intensifica su lucha por un Egipto m¨¢s democr¨¢tico
La manifestaci¨®n de ayer protestaba por los detenidos de la Hermandad Musulmana; la del s¨¢bado, por las condiciones de los obreros; las del viernes, contra otro mandato de Hosni Mubarak, que ya lleva 24 a?os al frente de Egipto. En todas se repite una palabra: Kifaya! (?Basta!). El Movimiento Egipcio por el Cambio ha logrado resumir en su lema el hartazgo de una sociedad que se siente al margen de las decisiones que le afectan.
"Hemos logrado vencer la cultura del miedo y obtenido el derecho de manifestarnos despu¨¦s de 50 a?os de alienaci¨®n pol¨ªtica", declara con visible satisfacci¨®n George Ishaq, el coordinador de Kifaya. "Queremos un pa¨ªs nuevo y libre", resume. "El mundo ha cambiado, ya no se puede gobernar a la gente como antes", responde cuando se le pregunta qu¨¦ motiv¨® esta repentina toma de conciencia. Prueba de ello es la variopinta composici¨®n de los impulsores de Kifaya, donde se encuentra desde la derecha liberal hasta los comunistas, pasando por los Hermanos Musulmanes, los naseristas e independientes como Ishaq.
Un elemento que une al grupo es el rechazo a que al presidente le releve su hijo Gamal
Todos est¨¢n de acuerdo en una cosa: "?Basta de Mubarak!", como rezan sus pancartas. "Coincidimos en la necesidad de un Egipto democr¨¢tico, diferimos en los detalles", explica Abu Elela Mady, en cuyo domicilio se gest¨® el movimiento durante una cena de Ramad¨¢n de 2003. Mady, que preside el a¨²n pendiente de legalizar Partido Al Uasat, una escisi¨®n de los Hermanos Musulmanes, subraya los objetivos comunes: suprimir la ley de emergencia en vigor desde 1981, limitar los poderes presidenciales, una nueva Constituci¨®n que respalde los derechos y libertades b¨¢sicos y la separaci¨®n de poderes, y respeto de los derechos humanos. Otro elemento que les une: su oposici¨®n a que el presidente sea relevado por su hijo Gamal.
Con unos 5.000 seguidores activos, son realistas respecto al alcance de su protesta. Conceden que "algo ha tenido que ver EEUU" en el cambio de opini¨®n de Mubarak sobre la reforma constitucional (art¨ªculo 76) para permitir que el presidente se elija por sufragio directo y no por refer¨¦ndum como hasta ahora. Su repentino anuncio el pasado febrero se produjo despu¨¦s de que la secretaria norteamericana de Estado, Condoleezza Rice, cancelara un viaje a El Cairo y singularizara a Egipto y Arabia Saud¨ª como pa¨ªses que necesitaban reformas democr¨¢ticas.
En el entusiasmo inicial, un variado elenco de potenciales candidatos dio un paso al frente. Desde el astro emergente de la nueva oposici¨®n, Ayman Nur, hasta la feminista Nawal el Saadawi, pasando por el l¨ªder hist¨®rico del izquierdista Tagamu, Jaled Mohieddin, y el activista de los derechos humanos Saad Eddin Ibrahim. Mientras tanto, Mubarak mantiene la inc¨®gnita sobre su voluntad de presentarse, aunque los medios oficialistas y las instituciones bajo control de su Gobierno se encargan de asegurarle sin recato que ¨¦l es la ¨²nica soluci¨®n para el pa¨ªs.
En ausencia de un candidato alternativo y sin apenas tiempo ni recursos para montar una campa?a electoral, nadie duda de que el presidente salga reelegido para un quinto mandato. No con el habitual 99% de los votos, pero con una mayor¨ªa confortable. Ahora bien, sea porque planea dar un golpe de efecto y allanar el camino para su hijo Gamal (jefe del secretariado pol¨ªtico del gobernante Partido Democr¨¢tico Nacional PDN) o porque, como denuncian Nur y otros miembros de Kifaya, no tiene voluntad pol¨ªtica de cambiar el sistema, la propuesta de reforma constitucional que ma?ana ratificar¨¢ la C¨¢mara baja ha defraudado a todos. Sus t¨¦rminos imposibilitan la presentaci¨®n de candidatos independientes y s¨®lo da cabida a los l¨ªderes de partidos sancionados oficialmente.
Kifaya se est¨¢ planteando boicotear las elecciones. El partido de Nur, Al Ghad, anunci¨® ayer que suspend¨ªa sus contactos con el PDN. La mayor¨ªa de la oposici¨®n estar¨ªa dispuesta a aceptar un nuevo mandato de Mubarak siempre que el presidente se comprometiera a emprender un verdadero cambio.
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