Coria no se arriesg¨® y abri¨® la puerta a Rafa
Hubo algunos detalles en el ¨¦pico duelo que libraron Rafael Nadal y Guillermo Coria en Roma que marcaron ineludiblemente el desarrollo del partido. Desde el primer momento qued¨® claro que el mallorqu¨ªn no llegaba tan fresco como hab¨ªa estado en las finales de Montecarlo y Barcelona. Se notaba un claro intento de retraerse en sus expresiones de j¨²bilo despu¨¦s de cada punto. En el Foro It¨¢lico apenas gesticul¨®. Quer¨ªa conservar toda su fuerza f¨ªsica y no realizar ning¨²n gasto de energ¨ªa innecesario. No estaba al 100% porque llevaba muchos partidos en sus piernas. Y s¨®lo su mentalidad, la mejor del circuito, le permiti¨® sacar fuerzas cuando la quinta manga se le complic¨®.
Sin embargo, ¨¦se tampoco es un asunto superficial. Porque Coria jug¨® a su mejor nivel justo cuando iba por debajo en el marcador: tras ceder la primera y la tercera mangas y luego cuando Nadal le igual¨® en la quinta, tras salvar dos bolas para el 4-0. Coria era el peor rival que pod¨ªa tocarle a Nadal porque le oblig¨® a disputar cada punto. El desgaste result¨® brutal para los dos, pero pes¨® m¨¢s en el mallorqu¨ªn porque era quien llevaba un mayor balance de partidos jugados. Era l¨®gico, por tanto, que sufriera una cierta relajaci¨®n despu¨¦s de cada set ganado.
Sin embargo, Coria se equivoc¨® en un aspecto: crey¨® que Nadal estaba tan cansado que en alg¨²n momento iba a fallar f¨ªsicamente e intent¨® alargar el partido a toda costa. Se arriesg¨® menos de lo que en ¨¦l es habitual, buscando asegurar sus golpes para desgastar a su rival. Y eso result¨® un error porque concedi¨® a Nadal la posibilidad de llegar relativamente c¨®modo a las bolas y de conectar sus brutales aceleraciones en los momentos m¨¢s importantes del partido.
Coria demostr¨® ser un gran jugador de tierra batida porque llev¨® a Nadal hasta la extenuaci¨®n. Ning¨²n otro jugador le habr¨ªa exigido tanto. Con cualquier otro los puntos no habr¨ªan sido tan largos y tan intensos. La batalla se desarroll¨® punto a punto. Ni siquiera val¨ªa la perspectiva de los juegos. Y la capacidad de los dos jugadores para soportar el sufrimiento y seguir luchando fue impresionante. S¨®lo la recuerdo en otro jugador, el austriaco Thomas Muster.
En la final de Roma probablemente se enfrentaron los dos mejores jugadores de tierra batida del momento. A ese nivel s¨®lo pueden competir otros dos, ambos espa?oles, Juan Carlos Ferrero y Carlos Moy¨¤, rozando sus topes. Para m¨ª, ellos cuatro son los grandes favoritos para ganar este a?o Roland Garros.
Javier Duarte fue capit¨¢n del equipo espa?ol de la Copa Davis y entrenador de ?lex Corretja.
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