De Indurain a Fernando Alonso
Similitudes y diferencias del patrocinio multimillonario a los dos deportistas espa?oles con mayor resonancia mundial
A finales de diciembre de 1993, los d¨ªas de la intervenci¨®n del Banesto, el ciclismo era, quiz¨¢, la ¨²ltima preocupaci¨®n de Luis Abril. Bastante ten¨ªa Abril, miembro del equipo de salvaci¨®n del banco encabezado por Alfredo S¨¢ez, con no naufragar en el mar de papeles que inundaban su despacho. Hasta que una noche top¨® con el contrato de patrocinio del equipo ciclista de Miguel Indurain.
"Resc¨ªndelo", le orden¨®, tajante, S¨¢ez; "tenemos que ahorrar el m¨¢ximo posible. No podemos permitirnos ni un gasto".
"Pero, Alfredo", le respondi¨® Abril; "si lo rescindimos, ?no crees que la gente va a pensar que el banco est¨¢ tan mal que no tiene dinero ni para pagar a Indurain? ?No crees que ser¨ªa desastroso?".
"Qu¨¦ buen ojo hab¨¦is tenido para pillar el 'boom' de la f¨®rmula 1", dicen a los de Telef¨®nica
"Coge un papel, pon a la izquierda los pros, a la derecha los contras, y p¨¢samelo m¨¢s tarde", concedi¨® S¨¢ez.
As¨ª se decidi¨® la continuidad del patrocinio de Indurain por el Banesto, una de las asociaciones m¨¢s fecundas del deporte espa?ol.
Diez a?os m¨¢s tarde, en diciembre de 2003, Abril, que tampoco es un experto en la F-1, tiene sobre su mesa de director de patrocinios de Telef¨®nica el contrato de patrocinio de la escuder¨ªa Renault, del equipo de Fernando Alonso. Otra vez, en el mismo sitio, ante la misma persona, parte del destino econ¨®mico del deportista espa?ol del momento con m¨¢s repercusi¨®n internacional. El montante de la operaci¨®n, muy similar. Unos 1.200 millones de pesetas anuales para el equipo ciclista; unos 12 millones de euros (cerca de 2.000 millones de pesetas) por el derecho a poner las pegatinas de Telef¨®nica en el spoiler del monoplaza, en los alerones y en el casco de los mec¨¢nicos y por un contrato privado con el piloto.
Las circustancias del ok, sin embargo, fueron muy diferentes. El s¨ª a Indurain fue una corazonada, un r¨¢pido reflejo de banquero. El s¨ª a Alonso ya llegaba a sus dominios avalado desde las alturas de la naci¨®n.
Tambi¨¦n difieren, como de la noche al d¨ªa, las relaciones entre patrocinadores y patrocinados.
"Con el equipo ciclista", recuerda Abril, "las cosas eran muy sencillas. ?bamos de visita al hotel durante una carrera y los directores y corredores enseguida dec¨ªan: '?Qu¨¦ manda el patr¨®n?'. Y se pon¨ªan a nuestra disposici¨®n para todo".
Con el equipo de f¨®rmula 1 de Alonso tal relaci¨®n es imposible. Tel¨¦fonica es una m¨¢s de las empresas que se reparten los espacios publicitarios, junto a la tabaquera Mild Seven, los transportes Hanjin, iMode, Mutua Madrile?a o Chronotech. "Nos es muy dif¨ªcil llegar directamente a Alonso", reconocen en la compa?¨ªa espa?ola; "est¨¢ rodeado de muros blindados que dificultan la comunicaci¨®n y pr¨¢cticamente nuestra ¨²nica relaci¨®n se resume a la decena de d¨ªas en que la empresa tiene derecho a visitas guiadas a su mundo. El resto es la transferencia bancaria a Flavio Briatore, el due?o de su equipo. No podemos influir lo m¨¢s m¨ªnimo en su estrategia de comunicaci¨®n, en sus planes de marketing, en su imagen".
Tel¨¦fonica, que cuenta ya con unos 140 millones de clientes en tres continentes y que tiene aspiraciones de liderato mundial, piensa, de todas maneras, replantearse su pol¨ªtica buscando muy pocos patrocinios muy importantes, mundiales, completamente globales, a la altura de sus aspiraciones, y dejando de lado los peque?os patrocinios actuales.
"Indurain signific¨® mucho para Banesto", dice Abril; "fue un gran triunfador que contribuy¨® a generar una imagen de triunfo para un banco que podr¨ªa haber desaparecido en cualquier momento. Adem¨¢s, los valores del equipo, de superaci¨®n, trabajo conjunto, esfuerzo..., se pod¨ªan transponer muy f¨¢cilmente al banco. Con Renault y Alonso no es lo mismo".
"De nuestro patrocinio a la f¨®rmula 1", explica una fuente de la operadora, "lo que sacamos es una innegable notoriedad, estamos ah¨ª, y que la gente nos d¨¦ palmadas en la espalda y nos diga: 'Qu¨¦ buen ojo hab¨¦is tenido para meteros en el boom de Alonso'. Nada m¨¢s".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.