Espa?a se integra en la astronom¨ªa europea

Tras varios meses de negociaciones, el Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia anunci¨® la semana pasada que se hab¨ªa llegado a un preacuerdo con el ESO (European Southern Observatory). Una vez que se fijen algunos detalles pendientes y que se cumplan todos los tr¨¢mites por ambas partes (el visto bueno de los 11 pa¨ªses miembros del ESO y, por parte espa?ola, la aprobaci¨®n oficial), la entrada de Espa?a en esta organizaci¨®n cient¨ªfica podr¨ªa hacerse efectiva dentro un a?o. El ESO tiene el mejor conjunto de telescopios ¨®pticos del mundo en tierra (los VLT instalados en Chile) y una sobresaliente capacidad tecnol¨®gica.

"Estoy muy contenta de que las negociaciones est¨¦n progresando bien porque realmente estamos deseando trabajar con nuestro excelentes colegas espa?oles", ha declarado Catherine Cesarsky, directora del ESO, a EL PAIS.

La cuota de entrada es de unos 70 millones de euros, de los que 15 se aportar¨¢n en especie

La cuota de entrada que tiene que pagar Espa?a est¨¢ en torno a 70 millones de euros, de los que unos 15 se aportar¨¢n "en especie", es decir, en prestaciones cient¨ªficas y tecnol¨®gicas. La cuota anual se fijar¨¢ en algo m¨¢s del 8% del presupuesto del ESO, que significar¨¢ unos 10 millones de euros anuales.

El ingreso en ESO "beneficia a toda la astrof¨ªsica espa?ola", dice Salvador Barber¨¢, secretario general de Pol¨ªtica Cient¨ªfica, al destacar tanto la importancia del aspecto de investigaci¨®n como "la apuesta por la tecnolog¨ªa astron¨®mica", entre las ventajas de la entrada en el organismo europeo.

Seg¨²n el preacuerdo negociado, de los aproximadamente 70 millones de euros del ingreso se descontar¨¢ la aportaci¨®n individual (casi 10 millones de euros)que Espa?a ya hace al pr¨®ximo gran proyecto astron¨®mico europeo de colaboraci¨®n internacional, el radiotelescopio Alma, que se prepara en Chile. Una cuarta parte del resto ser¨¢ el pago "en especie". El ESO s¨®lo ha aceptado en este cap¨ªtulo dos grandes partidas: desarrollos de software, que pueden realizar varios grupos de investigaci¨®n espa?oles, y el acceso al futuro gran telescopio GTC, en Canarias, durante un cierto n¨²mero de horas de observaci¨®n y de tecnolog¨ªas.

"Espa?a, con la entrada en ESO, se incorpora de lleno al contexto de la astronom¨ªa europea tanto desde el punto de vista cient¨ªfico como tecnol¨®gico", explica Xavier Barcons, del Instituto de F¨ªsica de Cantabria y gestor del Programa Nacional de Astronom¨ªa y Astrof¨ªsica. "La lista de ventajas para Espa?a es muy larga: la participaci¨®n en proyectos punteros de astronom¨ªa terrestre, es decir, el Alma y el futuro telescopio gigante [observatorio internacional a¨²n sin concretar que tendr¨ªa 30, 50 o incluso 100 metros de di¨¢metro]", contin¨²a Barcons. "Otra ventaja importante es el acceso a la instrumentaci¨®n de primera l¨ªnea, porque tenemos el GTC, pero el VLT son cuatro telescopios con instrumentaci¨®n muy variada; adem¨¢s supone para nosotros el acceso al cielo del hemisferio Sur. Hay que a?adir la internacionalizaci¨®n a¨²n mayor de la astronom¨ªa espa?ola, la formaci¨®n de cient¨ªficos, etc¨¦tera".

Con este paso, Espa?a entrar¨¢ en el ESO m¨¢s de cuatro d¨¦cadas despu¨¦s de su creaci¨®n en 1962. A lo largo de los a?os, mientras las autoridades espa?olas apostaban por el crecimiento nacional de la astronom¨ªa y los acuerdos bilaterales con algunos otros pa¨ªses, el ESO se ha consolidado como una potencia cient¨ªfica mundial. La organizaci¨®n tiene dos observatorios en Chile, el de La Silla y el de Cerro Paranal, donde los cuatro grandes telescopios VLT -que pueden funcionar independientemente o sincronizados entre s¨ª y con otros m¨¢s peque?os- constituyen la frontera actual de la astronom¨ªa terrestre en los rangos ¨®ptico e infrarrojo. "ESO es un l¨ªder mundial en astronom¨ªa basada en tierra y el punto de convergencia natural de proyectos de astronom¨ªa paneuropeos y de la participaci¨®n europea en proyectos globales", afirma Claus Madsen, portavoz de ESO. En cuanto a las implicaciones para ambas partes, explica: "Con la alta calidad de la investigaci¨®n astron¨®mica espa?ola as¨ª como la competencia tecnol¨®gica de su industria, el pa¨ªs es perfectamente adecuado para ser miembro de ESO. Espa?a, a trav¨¦s de nuestra organizaci¨®n, disfrutar¨¢ del pleno acceso tanto a las instalaciones actuales de la organizaci¨®n como a la participaci¨®n plena en los grandes proyectos futuros. Para ESO, el acceso espa?ol significa que podemos aprovechar la capacidad tecnol¨®gica y cient¨ªfica desarrollada en Espa?a en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas y, por supuesto, para Europa el ingreso de Espa?a en ESO como pa¨ªs miembro es un hito importante en la construcci¨®n del ?rea Europea de Investigaci¨®n".

La inmensa mayor¨ªa de los astr¨®nomos espa?oles manifest¨® su postura favorable al ingreso en ESO hace ya a?os, y en 1996 la asamblea de la Sociedad Espa?ola de Astronom¨ªa adopt¨® la resoluci¨®n ESO+GTC, para ingresar en el organismo europeo y aprovechar paralelamente su experiencia en la construcci¨®n del telescopio.

Aquel a?o incluso se tante¨® un plan de ingreso del entonces director de ESO Riccardo Giacconi que consist¨ªa, a grandes rasgos, en que Espa?a pagar¨ªa su cuota y el organismo europeo entrar¨ªa a participar con un alto porcentaje en el telescopio espa?ol. Sin embargo, la tentativa de acuerdo no prosper¨®. Espa?a opt¨® por desarrollar en solitario el GTC y despu¨¦s entraron en ¨¦l, con una participaci¨®n peque?a, universidades de M¨¦xico y de Florida. El telescopio, cuya construcci¨®n se ha retrasado debido a problemas con la c¨²pula, con la estructura y con algunos mecanismos de movimiento, podr¨ªa empezar a realizar observaciones de prueba en 2006.

"Era estrictamente necesario para la astronom¨ªa espa?ola entrar en ESO, tanto por el futuro cient¨ªfico como por el tecnol¨®gico. Lo que se ha intentado es entrar en las mejores condiciones posibles y favoreciendo a todos los astr¨®nomos espa?oles", comenta Rafael Rodrigo, del Instituto de Astrof¨ªsica de Andaluc¨ªa y coordinador del ¨¢rea del F¨ªsica del CSIC. "ESO ha demostrado un gran inter¨¦s en que Espa?a entre en la organizaci¨®n, seguramente por inter¨¦s pol¨ªtico, pero tambi¨¦n por el cient¨ªfico", se?ala.