Pol¨ªtica y buen gobierno
S¨®lo el Estado es quien garantiza la solidaridad entre los distintos territorios del propio Estado. Es as¨ª y as¨ª debe seguir siendo, sobre todo porque si eso dejara de ser as¨ª, si dejara de ser el Estado y s¨®lo fuera un Gobierno con otro, aunque ese otro fuera el Gobierno central, quienes decidieran sobre el dinero a recaudar y distribuir, la solidaridad dejar¨ªa de ser una realidad para convertirse en una figura m¨¢s o menos po¨¦tica pero sin nada que ver con la realidad. Y, sin embargo, el exceso verbal de los adoradores del catastrofismo no sirve m¨¢s que para poner irracionalidad en un debate que tiene que ser serio y pol¨ªtico, y nada m¨¢s alejado de la pol¨ªtica que la sal gorda del catastrofismo.
Es lo que hay que hacer, pol¨ªtica y buen gobierno. Ayer, en el debate sobre el Estado de la naci¨®n, el presidente del Gobierno, que no descart¨® ning¨²n di¨¢logo bilateral, sin embargo y con respecto al asunto fundamental de la financiaci¨®n auton¨®mica, dej¨® bien claro lo que, por cierto, desde Andaluc¨ªa y desde el primer momento, ha venido manteniendo el presidente Manuel Chaves, que ning¨²n acuerdo ser¨¢ posible sin que est¨¦n en ¨¦l todas las comunidades aut¨®nomas. ?C¨®mo se va a conseguir eso? ?C¨®mo ser¨¢ la negociaci¨®n con una Catalu?a que ha tirado para arriba, pidiendo casi la luna como ha dicho Maragall? La respuesta no est¨¢ flotando en el viento, ni ser¨¢ f¨¢cil de encontrar la que finalmente desactive lo que hasta este momento est¨¢ planteado como problema.
Pero es necesario insistir en que no servir¨¢n para nada las posturas catastrofistas y demag¨®gicas sobre enfrentamientos entre comunidades aut¨®nomas. S¨®lo servir¨¢ lo que la pol¨ªtica sea capaz de conseguir, lo que la capacidad pol¨ªtica de todos los representantes del Estado consigan. Ellos son los responsables, a ellos les hemos dado los ciudadanos el poder y la responsabilidad de hacer la pol¨ªtica que necesitamos. En momentos como este momento pol¨ªtico que vivimos es, por cierto, cuando m¨¢s se puede disfrutar de la pol¨ªtica y su capacidad de hacer felices a los ciudadanos, si las cosas acaban bien.
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