Garc¨ªa-Gasco se alinea con Rajoy y tacha de "traici¨®n a los muertos" negociar con ETA

El arzobispo de Valencia, Agust¨ªn Garc¨ªa-Gasco, se alinea, en su carta semanal con el l¨ªder del PP, Mariano Rajoy, que el mi¨¦rcoles acus¨® al presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, de "traicionar a los muertos" al "permitir que ETA recupere posiciones". En su misiva, el prelado dice que "el di¨¢logo y la negociaci¨®n con quienes se benefician del terrorismo suponen siempre una traici¨®n a las v¨ªctimas, que corroe los cimientos de la sociedad democr¨¢tica". Seg¨²n el prelado, "la lealtad institucional exige que los gobiernos act¨²en con determinaci¨®n y fuerza contra quienes nos amenazan desde la violencia", por lo que es ileg¨ªtimo "usar la comprensi¨®n con quienes argumentan con armas y explosivos".

Garc¨ªa-Gasco pide al Gobierno que no intente interferir en el sentimiento religioso de los espa?oles en general y de los valencianos en particular, un supuesto intento que contrapone a la "colaboraci¨®n" de la Generalitat y del Ayuntamiento de Valencia en actos de "fervor popular". En su pastoral de esta semana, titulada Lealtad institucional y madurez democr¨¢tica, Garc¨ªa-Gasco se?ala que una sociedad democr¨¢tica "supone" contar con "personas activas, con criterio, que tienen sus propias convicciones y que les repugna un gobierno que quiera dirigir sus creencias a golpe de silbato". A su juicio, la virtud propia del buen gobernante "es la lealtad con su comunidad, la lealtad institucional", y ello le obliga "a respetar el bien com¨²n y a rectificar aquellas propuestas electorales que chocan con el bien de las personas y de la sociedad". As¨ª, "la recta acci¨®n de gobierno debe tener en cuenta s¨®lo el bien com¨²n, sin ser cautiva de los intereses de minor¨ªas radicales".

El arzobispo a?ade que "una sociedad libre valora que los ciudadanos expresen sus convicciones con pleno respeto a los dem¨¢s, especialmente las religiosas", ante lo cual la lealtad institucional "exige que la libertad religiosa sea bien entendida y practicada". Por eso, subraya, "la acci¨®n de gobierno no puede desconocer el papel de las comunidades religiosas", sino que debe "aceptar que los c¨®digos de los creyentes" expresan "una comprensi¨®n del bien humano que al poder pol¨ªtico no le corresponde cambiar".