?Pero qu¨¦ es eso del relativismo?
Hay palabras cargadas de teor¨ªa que hacen fortuna en los medios de comunicaci¨®n. Aparecen de s¨²bito y permanecen merodeando. Cuando ocurre, esa voz tiene un destino imprevisible, sometida cual hoja en la tormenta a fuerzas varias. Porque a menudo la entronizaci¨®n de esos vocablos tiene que ver con el debate pol¨ªtico. Pero no con el debate pausado de seminarios, conferencias o congresos, sino con el debate cuerpo a cuerpo, a corta distancia, en los reducidos espacios de las p¨¢ginas de la prensa y de las declaraciones televisivas. Ocurri¨® con t¨¦rminos como "patriotismo constitucional" o "multiculturalismo". Desarraigados de los contextos te¨®ricos donde surgieron, "patriotismo constitucional" tuvo la mala fortuna de caer en manos del PP y pas¨® a significar inmovilismo constitucional; sin embargo, su uso en Alemania, por cuenta de Habermas, quer¨ªa se?alar la posible base de identificaci¨®n pol¨ªtica de una ciudadan¨ªa cuya tradici¨®n cultural hab¨ªa sido severamente da?ada por el nacionalsocialismo. Mientras que "multiculturalismo" acab¨® siendo sin¨®nimo de pluralidad cultural, cuando en su contexto significaba una forma peculiar de entender la gesti¨®n de las diferencias culturales de una sociedad; a saber: reparar la aver¨ªas del reconocimiento de las minor¨ªas culturales, pero no en cuanto defensa de los derechos de las personas, sino para asegurar la supervivencia de ciertas comunidades y que, en el futuro, los individuos pudieran identificarse con ellas.
Creo que le ha tocado el turno al t¨¦rmino "relativismo". S¨ªntoma de ello es que al portavoz del grupo parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, le brillara su bronceado al afirmar que la elecci¨®n del nuevo papa supon¨ªa un "freno al relativismo". Y cierto, una de las marcas de origen del pont¨ªfice son sus diatribas contra el relativismo, asunto en el que insiste desde sus tiempos de guardi¨¢n de la pureza de la fe. Pues bien, ?qu¨¦ es eso del relativismo? Esta vez la cosa es m¨¢s complicada y las simplificaciones medi¨¢ticas, me temo, ser¨¢n m¨¢s burdas. Pues si en los ejemplos anteriores el contexto original de significaci¨®n era la teor¨ªa o la filosof¨ªa pol¨ªtica, en el caso de "relativismo" su habitat es la entera filosof¨ªa y la antropolog¨ªa, disciplinas -para qu¨¦ nos vamos a enga?ar- de cultivo nada extensivo.
Cabe subrayar que "relativismo", a solas, poco significa. Siempre hay que puntualizar dos aspectos sin los cuales nada se dice o se entiende cuando se usa, pues debe se?alarse qu¨¦ es lo relativo y respecto de qu¨¦ es relativo. En cuanto al qu¨¦, hay un relativismo de las razones, de la verdad, de los valores, etc. As¨ª, cuando uno dice estar a favor o en contra del relativismo de las razones o de los valores se est¨¢ afirmando estar o no de acuerdo con que aqu¨¦llas o ¨¦stos no son absolutos. Dicho de otra manera: el relativista afirma que las razones que se usan en las argumentaciones, o los valores que rigen la vida de las personas, no son v¨¢lidos y aceptables en todo tiempo y lugar. Pero todav¨ªa queda por precisar un aspecto: en referencia a qu¨¦ se supone que esas razones o valores son relativos, cu¨¢l es el marco de relativizaci¨®n de lo que se afirma que es relativo. En este punto la filosof¨ªa ha sido muy generosa: las razones, los valores... son relativos a las culturas, a los diferentes lenguajes, a las diversas teor¨ªas cient¨ªficas... Si tenemos en cuenta que lo que se ha considerado relativo puede ampliarse, adem¨¢s, a la verdad, la ontolog¨ªa, etc, pues crecen los relativismos como setas. Relativismo cultural de las razones, de los valores...; relativismo cient¨ªfico de la verdad, de las razones, etc; relativismo ling¨¹¨ªstico de la ontolog¨ªa...Ya ven que el nuevo papa -no s¨¦ si Eduardo Zaplana y su partido- tiene para ponerse nervioso, porque el relativismo ataca por los flancos m¨¢s insospechados.
De manera que cuando alguien brame contra el relativismo debe preguntarse: "?Perdone, podr¨ªa decirme a cu¨¢l de las todas sus variedades se refiere?". Porque, encima, sesudos estudiosos se declaran part¨ªcipes de uno de los relativismos posibles y en absoluto de los otros. ?Tambi¨¦n los relativistas son relativos! Con todo, remiti¨¦ndonos a la moda eclesial, y a sus vehementes seguidores pol¨ªticos, parece que lo verdaderamente peligroso es el relativismo cultural de los valores. ?De verdad lo es? No cabe aqu¨ª una discusi¨®n rigurosa del asunto en todos sus extremos. Pero s¨ª es urgente preguntarse qu¨¦ es m¨¢s peligroso para el bienestar del com¨²n de las gentes, si ese relativismo o el antirelativismo correspondiente. O tambi¨¦n: pregunt¨¦monos por los efectos pol¨ªticos y sociales de tal fervor antirelativista.
Es decir, en un mundo donde ya no se queman viudas junto al difunto esposo -o cosas por el estilo- y de ocurrir en alg¨²n lugar, en alguna ocasi¨®n, todo el mundo, hasta los vecinos, lo ven fatal ?por qu¨¦ tanta pepla con el relativismo cultural moral? Pues por la misma raz¨®n que muchos antrop¨®logos fueron severamente antirelativistas despu¨¦s de dejar media vida en parajes remotos: para reafirmar lo propio como lo ¨²nico racionalmente aceptable. Alguien -no todos, desde luego- pod¨ªa irse aqu¨ª y all¨¢, ver cosas rar¨ªsimas, y volver a casa para proclamar, por ejemplo, que la Inglaterra victoriana era el mejor de los mundos posibles. ?Ah, pero la casa entonces estaba en orden! Porque el que no segu¨ªa un r¨ªgido sistema de reglas pol¨ªtica y socialmente instituido era un delincuente, un enfermo o un loco. Ahora resulta que ya no hay mejor mundo al que regresar, que nuestras sociedades son un concierto de pareceres ?Qui¨¦n cumplir¨¢ aquella funci¨®n uniformizadora? ?Qui¨¦n dictaminar¨¢ lo que es justo, bueno y razonable de una vez por todas y para todos? Pues quienes defienden el antirelativismo, el pont¨ªfice, el curtido portavoz y gente por el estilo. Ya lo dijo un antrop¨®logo muy fino: lo m¨¢s oportuno es ser anti antirelativista, que no es lo mismo que ser un relativista entusiasta.
Nicol¨¢s S¨¢nchez Dur¨¢ es profesor del departamento de Metaf¨ªsica y Teor¨ªa del Conocimiento de la Universitat de Val¨¨ncia.
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