Cr¨®nica extraterrestre
INFORME de V7G8R001/2 para la base de Gan¨ªmedes:
La traves¨ªa programada de trescientos siglos luz ha finalizado hoy, felizmente, en el planeta Tierra. Pa¨ªs: Espa?a. "Ya ha tenido usted mala suerte", me dice un paisano, y se r¨ªe. Primera observaci¨®n: mucha gente se r¨ªe. Segunda observaci¨®n: todos a mi alrededor est¨¢n pendientes del embarazo de la Princesa y del final de la Liga de f¨²tbol. ?Todos? No. Un grupo de irreductibles se ha encerrado en un edificio custodiado por leones de piedra. Los integrantes de este curioso grupo suman 350 individuos, y durante una semana se han propuesto discutir si Espa?a est¨¢ en peligro.
El mecanismo de la discusi¨®n sigue un ritual complejo: de entre el grupo de 350 surge una unidad humana, que se dirige a una tribuna con tres micr¨®fonos, y desde all¨ª, en pie, procede a cascar un rollo cuya duraci¨®n oscila entre una eternidad y el infinito. En venganza, las 349 unidades humanas restantes, acomodadas en sillones rojos, golpean con las manos, con los pies o gritan. Este ritual, al parecer, refleja la tradicional organizaci¨®n laboral espa?ola: uno trabaja y 300 miran.
A diferencia del f¨²tbol y del crimen organizado, en los debates parlamentarios no hay resultado objetivo
Hacer ruido con las manos es se?al de aprobaci¨®n; con los pies, de reprobaci¨®n. Algunos golpean sus pies en el suelo con tal fuerza que acaban aullando. Se forma entonces gran alboroto y un se?or con martillo pide silencio. Est¨¢ prohibido echar comida a los diputados desde los palcos. Una clave: a pesar de que lo divertido sucede en los sillones, debe atenderse a la tribuna, porque eso es lo importante. Lo divertido y lo importante no coinciden nunca.
Entre discurso y discurso, hay pausas que los diputados aprovechan para decir que su l¨ªder es el mejor, y que ha ganado. Tambi¨¦n se debe denigrar al rival, aludiendo a que es el peor y que ha perdido. A diferencia del f¨²tbol y del crimen organizado, en los debates parlamentarios no hay resultado objetivo, por lo que cualquiera puede proclamar su victoria.
Los discursos de todos los oradores son binarios, y se sustentan en los valores "bandera" y "principios". Lo ¨²nico que var¨ªa en los oradores es la secuencia. El l¨ªder de la mayor¨ªa, que se distingue por peinarse sin raya y sonre¨ªr, mantiene una secuencia tipo: principio principio principio bandera principio. Es decir: 11101. El l¨ªder de la minor¨ªa, que lleva gafas, ofrece la secuencia contraria: bandera bandera bandera principio bandera. Es decir: 00010. Por esta diferencia de secuencia casi llegan a las manos.
En realidad, el discurso sobre bandera y principios oculta una discusi¨®n sobre dinero, pero a los espa?oles les parece vil mostrar directamente inter¨¦s por el dinero, de ah¨ª que les fascine la monarqu¨ªa constitucional. En una monarqu¨ªa feudal, ante la alegr¨ªa provocada por el embarazo de la Princesa, el Rey hubiera ordenado la cancelaci¨®n de las hipotecas o, por lo menos, una rebaja en el eur¨ªbor, el perd¨®n de la declaraci¨®n anual de la renta o el sorteo de entradas para la final de la Copa. En una monarqu¨ªa constitucional eso no es posible, pero incomprensiblemente nadie encuentra ventajas a una monarqu¨ªa feudal. Por el contrario, se pretende hacerla a¨²n m¨¢s constitucional. Seguiremos informando.
PD: En el debate tampoco se habla de lo ¨²nico que me afecta directamente: la inmigraci¨®n.
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