No diga "Shaq", diga "Flash"
Ausente el mejor Shaquille O'Neal, el discreto y humilde Dwyane Wade, se convierte en la clave de la gran temporada de Miami en la NBA
En las semanas previas al draft de 2003, dos nombres acapararon la atenci¨®n de la prensa y del p¨²blico. LeBron James y Carmelo Anthony eran conocidos en todo Estados Unidos, pose¨ªan millonarios contratos publicitarios y la ¨²nica duda que cab¨ªa era cu¨¢l de los dos ser¨ªa el heredero de Michael Jordan. Finalmente, James fue elegido en la posici¨®n de n¨²mero uno y Anthony cay¨® a la tercera tras una de esas decisiones incomprensibles de ciertos equipos; en este caso, de los Pistons de Detroit, que dos a?os m¨¢s tarde se siguen preguntando qu¨¦ vieron en Darko Milicic, el segundo. Y en el puesto quinto, y gracias al flechazo que sinti¨® Pat Riley al verle en un partido universitario, un joven de Chicago de 1,93 metros de estatura, Dwyane Wade, fue a parar a Miami.
En su segunda temporada con los Heat y tras ocho partidos de la fase final, Wade ha liderado a un equipo que no ha podido contar con el mejor Shaquille O'Neal, pero que barri¨® a los Nets de Nueva Jersey y a los Wizards de Washington con unos n¨²meros que dan mucho que hablar: 26,7 puntos, 9 asistencias, 7 rebotes y 1,5 robos de bal¨®n por partido. S¨®lo seis jugadores en la historia de la NBA han promediado en esta fase al menos 25 puntos, 8 asistencias y 6 rebotes por partido con un acierto superior al 50% en sus lanzamientos a canasta. Todos ellos est¨¢n en el Sal¨®n de la Fama: Oscar Robertson, Bob Cousy, Will Chamberlain, Larry Bird, Magic Johnson y Michael Jordan. Unas estad¨ªsticas, las de Wade, que son un calco de las logradas en la primera fase: 24 puntos; 6,8 asistencias y 5,2 rebotes por partido.
Pero lo que llama la atenci¨®n de este genio del baloncesto, que es lo m¨¢s parecido a Jordan de joven, no es su madurez, ni su excelente mu?eca, ni su visi¨®n del juego para lanzar cuando tiene que lanzar y pasar cuando tiene que pasar, ya sea jugando en la posici¨®n de base o en la de escolta. Lo admirable de este chico de 23 a?os, conocido por Flash, como le apod¨® Shaq nada m¨¢s llegar a South Beach en honor al superh¨¦roe Flash Gordon, es que se ha convertido en una superestrella sin decir una mala palabra ni llamar la atenci¨®n. El coche que conduce no es ninguno de los cuatro Ferraris que tiene Shaq, sino una camioneta Chrysler. Y es que fuera de la cancha sus decisiones tambi¨¦n parecen las acertadas. Al contrario que sus compa?eros de promoci¨®n, Wade nunca se ha enfrentado a ning¨²n t¨¦cnico ni se ha negado a saltar a la cancha como Anthony ni se le conocen decisiones extra?as como despedir a su agente para contratar a un ex compa?ero de instituto de 20 a?os como James. De hecho, la ¨²nica vez que se le vio levantar la voz fue cuando amenaz¨® a la NBA con no asistir al draft si no le dejaban llevar a su hijo, reci¨¦n nacido. El comisionado, David Stern, acab¨® cediendo.
A Wade no le ha sido f¨¢cil llegar. Discriminado por no pertenecer a uno de los barrios m¨¢s duros de Chicago, s¨®lo la humilde universidad de Marquette, en la vecina ciudad de Milwaukee, le ofreci¨® una beca para jugar al baloncesto, pero con la condici¨®n de que se sentara un a?o en el banquillo para ponerse al d¨ªa con sus estudios. Acept¨® y dos a?os m¨¢s tarde llev¨® a Marquette a la Final a Cuatro. En Wade, Shaq ha encontrado al compa?ero que nunca tuvo en Kobe Bryant. Flash sabe que la primera opci¨®n de ataque es O'Neal, pero no duda en aprovechar los espacios vac¨ªos que dejan los contrarios al atraer Shaq dobles marcajes, lo mismo que South Beach atrae a las celebridades.
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