Manolo Mart¨ªn, renovador del arte de las fallas valencianas
"El cambio es el que permite desnudar la esencia. Lo dem¨¢s es mentira, teatro". Manolo Mart¨ªn (Almenara, 1946) ten¨ªa en apariencia el destino escrito: seguir con la herencia de su padre en el horno de bollos artesanos. Pero el suyo ha sido un nombre asociado a las fallas, que ha contribuido a renovar como pocos. Su curiosidad y su atrevimiento le hicieron plantar en las calles de Valencia monumentos inspirados en el c¨®mic, en el cine, en el teatro, en el circo, en el ilusionismo. Manolo Mart¨ªn hizo de la falla un ingenio vinculado a la sensibilidad m¨¢s moderna gracias a un esp¨ªritu innovador que no tuvo l¨ªmites, ni en la forma ni en el fondo.
Empez¨® en 1976 para la comisi¨®n Jos¨¦ Maestre-?ngel Alc¨¤sser. Y particip¨® de cada edici¨®n de las Fallas hasta 1990. En 1987 se ali¨® con el escritor Manuel Vicent y el dibujante Sento Llobell para ofrecer a Valencia una falla municipal que, al amparo del entonces alcalde socialista Ricard P¨¦rez Casado, desnudaba el propio edificio consistorial para darle una nueva dimensi¨®n en la que los ciudadanos se mezclaban con los "ilustres". Hubo cr¨ªtica, hubo burla propia de la m¨¢s pura esencia fallera, hubo complejidad creativa, hubo experimentaci¨®n. Y hubo rechazo. Fue el principio del par¨®n, que inici¨® en 1990. El ruido no le dejaba escuchar, dec¨ªa. Su investigaci¨®n creativa, alejada del barroquismo m¨¢s enraizado, atentaba para algunos contra la esencia del espect¨¢culo. Del silencio y de su distancia de las fallas nacieron La Gamba de Mariscal, en el Moll de la Fusta de Barcelona; el Zeus de Francesc Torres instalado en el Museo Reina Sof¨ªa de Madrid; la primera falla acu¨¢tica con dise?o de Antoni Miralda para los Juegos Ol¨ªmpicos del a?o 1992; las esculturas de Guillermo P¨¦rez Villalta para el Pabell¨®n del Siglo XV de la Expo de Sevilla; escenograf¨ªas para televisi¨®n; la carroza del desfile inaugural de los Mundiales de 1994; la escenograf¨ªa de la ¨®pera Don Carlo para el Teatro Arriaga de Bilbao; carrozas para los Carnavales de Las Palmas de Gran Canaria y las ¨¢reas de Grecia, Iberia y las Islas para el parque de Terra M¨ªtica.
Durante su silencio, su taller se convirti¨® en una factor¨ªa y de las cenizas renaci¨® un nuevo intento de innovar en las fallas. En 2001, Manolo Mart¨ªn levant¨® una falla ideada por Vicente Jarque, guionista, y Sigfrido Mart¨ªn Begu¨¦, que actu¨® de ilustrador. Fue una criatura bautizada como La Pinochada Universal, que vio la luz en la plaza de Na Jordana, uno de los m¨¢s emblem¨¢ticos casales falleros de Valencia. Combin¨® materiales de ¨²ltima generaci¨®n con la madera y lo hizo pensando en la ceremonia de la crem¨¤, en la m¨¢gica y lenta destrucci¨®n por el fuego. Cada figura era un retrato sobre la mentira que sostiene el mundo en que vivimos. Manolo Mart¨ªn volvi¨® a escena y lo hizo dej¨¢ndose deliberadamente llevar por la m¨¢s osada de sus fantas¨ªas creativas. Lo hizo acompa?ado de sus siete hijos, ligados al arte por contagio de su padre. Lo hizo con el c¨¢ncer agarr¨¢ndole la salud. La enfermedad acab¨® con su vida el jueves en Valencia. Hoy, a las 13.00, una misa servir¨¢ de adi¨®s en la capilla del tanatorio Atrium de Massanassa. Manolo Mart¨ªn volver¨¢ a trav¨¦s de su obra en el montaje que una inmensa Dama Ib¨¦rica del escultor Manuel Vald¨¦s que se instalar¨¢ en la avenida de las Cortes Valencianas de Valencia. Manolo Mart¨ªn plantar¨¢ el pr¨®ximo a?o en la plaza del Ayuntamiento. Sus hijos dar¨¢n forma y volumen al proyecto del artista Ram¨®n Espinosa: el Imagine de John Lennon que so?¨® Manolo Mart¨ªn.-
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