Paul Ricoeur, fil¨®sofo
El fil¨®sofo franc¨¦s Paul Ricoeur (Valence, 1913) falleci¨® la noche del pasado viernes en su domicilio de Ch?teau-Malabry, cerca de Par¨ªs. Se trata de una de las grandes figuras de una tradici¨®n de pensadores que tiene como abuelo a Bergson; como padres, a Gabriel Marcel y Emmanuel Mounier, y establece lazos de hermandad con Emmanuel Levinas, Jacques Derrida, Gaston Bachelard o Canguilhem, si nos circunscribimos al ¨¢rea franc¨®fona, pero que, en el caso de Ricoeur, se interes¨® mucho tambi¨¦n por Edmund Husserl y Karl Jaspers, algo menos por Martin Heidegger y, m¨¢s recientemente, por John Rawls y Hannah Arendt.
A lo largo de su obra escrita, que arranca en 1947 con Karl Jaspers et la Philosophie de l'existence y tiene sus grandes hitos en Temps et R¨¦cit (1983-85) y La m¨¦moire, l'histoire, l'oubli (2000), Ricoeur ha reflexionado sobre el lugar de la ¨¦tica en la pol¨ªtica, se ha interrogado por el deseo del Mal y por el sentido de los actos involuntarios. Cristiano, socialista y pacifista, Ricoeur parec¨ªa destinado a adaptarse al molde del llamado "personalismo", pero el debate que mantiene en 1949 con Mounier en la revista Esprit ya prueba su capacidad para pensar al margen de capillas. Para Ricoeur, el fil¨®sofo ha de saber situarse "entre la ineficacia del yogui y la eficacia del comisario pol¨ªtico, es decir, escapar a la beatitud de la no violencia prof¨¦tica y al compromiso de la violencia progresista".
A comienzos de la d¨¦cada de los sesenta, su debate con Claude L¨¦vi-Strauss es b¨¢sico dentro del panorama intelectual europeo y mundial. El punto de vista de Ricoeur, humanista, cuestiona la voluntaria deshumanizaci¨®n de L¨¦vi-Strauss y del estructuralismo en general, admitiendo, eso s¨ª, que su rigor cient¨ªfico no conlleva la incompatibilidad con el mantener criterios morales y pol¨ªticos, tal y como s¨ª sucede con Heidegger, un pensador al que ha criticado con admiraci¨®n desde el momento en que Ricoeur estima inextricables los v¨ªnculos entre historia y memoria.
Los acontecimientos de mayo de 1968 tienen una dimensi¨®n de Revoluci¨®n Cultural mao¨ªsta que margina a las grandes figuras francesas del momento. Si L¨¦vi-Strauss y el estructuralismo carecen de la proyecci¨®n ut¨®pica que reclama el marxismo degradado de la ¨¦poca, la voluntad de trascendencia de Levinas o Ricoeur es tambi¨¦n mal vista. En 1969, siendo rector de la Universidad de Nanterre, Ricoeur es agredido por los estudiantes, a los que ¨¦l defiende de la polic¨ªa. La decepci¨®n es enorme y, entre 1970 y 1983, el fil¨®sofo ense?a en EE UU, sobre todo en Chicago.
En sus ¨²ltimos grandes libros, su curiosidad le llev¨® a preguntarse por la cada vez mayor pasi¨®n conmemorativa, quiso poner orden entre memoria e historia. El caso de Wilkomirski, ese personaje que se fabrica una falsa estancia en un campo de exterminio para reconciliar su realidad anodina con un destino imaginario de v¨ªctima, le lleva a confrontar dos tipos de relato, el de la ficci¨®n y el hist¨®rico, y a poner en evidencia el progreso de una suerte de enfermedad colectiva que nos ha convertido a todos en v¨ªctimas de los abusos de memoria.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.