El 'puzzle' de Abramovich
El due?o del Chelsea controla tambi¨¦n al CSKA y se le vincula al propietario del Corinthians, investigado en Brasil por lavado de dinero
Dos mil aficionados del CSKA esperaban a Roman Abramovich. Pero el magnate ruso no hizo acto de presencia el mi¨¦rcoles, en Lisboa, en la final de la Copa de la UEFA. Se perdi¨®, pues, la fiesta del equipo moscovita, que derrot¨® al Sporting y se proclam¨® primer campe¨®n europeo de Rusia. Yevgeny Giner, el presidente, no pudo compartir las celebraciones con su gran amigo, el mecenas del Chelsea, campe¨®n de la Liga inglesa, y una ayuda fundamental: sin los 14 millones de euros anuales de patrocinio de la petrolera Sybneft, controlada por ¨¦l, habr¨ªa sido imposible revitalizar el antiguo equipo del Ej¨¦rcito Rojo. Con ellos, por ejemplo, pudo reforzarse con los brasile?os Carvalho y Love.
Un acusado fue socio del magnate en la compra de la petrolera Sybneft y se le busca por terrorismo
Fondos de inversi¨®n de origen desconocido se dedican a fichar jugadores y a prestarlos
Con su ausencia, al menos, Abramovich sorte¨® un encuentro inoportuno con otro amigo, Kia Joorabchian, invitado especial a la final y controlador del Corinthians, uno de los clubes m¨¢s populares de Brasil, equipo del coraz¨®n hasta del presidente del pa¨ªs, Lula da Silva. Joorabchian est¨¢ siendo acusado por la fiscal¨ªa brasile?a de blanqueo internacional de dinero. Polic¨ªas, fiscales, el banco central y hasta la ABIN, los servicios de informaci¨®n, intentan probar que es, en el fondo, un testaferro de un entramado de empresas en para¨ªsos fiscales que ocultan la participaci¨®n de Abramovich y antiguos socios suyos en la compra de jugadores para el Corithians.
Joorabchian, brit¨¢nico de origen iran¨ª, tiene 33 a?os y degusta en Brasil la popularidad de un todopoderoso, de una versi¨®n suramericana de Abramovich. Para la pasional torcida del Tim?o, es el indiscutible mecenas del Corinthians y promete para el alica¨ªdo club un nuevo estadio y victorias. Lidera MSI (Media Sport Investment), un fondo de inversi¨®n, con dinero de origen desconocido, en las Islas V¨ªrgenes, un para¨ªso fiscal. Ocho meses despu¨¦s de asumir el control del Corinthians, revolucion¨® al club con las contrataciones millonarias de los argentinos T¨¦vez (Boca Juniors) y Dom¨ªnguez (Newell's Old Boys) y de los brasile?os Carlos Alberto (Oporto) y Roger (Benfica). El MSI ha gastado en fichajes, hasta el momento, 38 millones de euros, un presupuesto que no alcanza la mayor¨ªa de los equipos europeos. Antes de aterrizar en Lisboa, Joorabchian pas¨® por Buenos Aires para firmar la contrataci¨®n de Mascherano, el cotizado medio centro del River Plate, por 11,7 millones. Y ya tiene otro tal¨®n, de 10, por el propio Love, del CSKA.
Pero tanto dinero no da a Joorabchian las mismas alabanzas que recibe Abramovich. Y tampoco los mismo resultados. El equipo paulista no va bien en su campeonato. Las primeras denuncias contra el MSI, que originaron las investigaciones del Grupo de Actuaci¨®n Especial de Represi¨®n al Crimen Organizado (GAECO), fueron del consejero vitalicio del Corinthians y diputado paulista Romeu Tuma. Este pol¨ªtico, apodado sheriff, utiliz¨® sus contactos como ex director general de la Interpol para presentar a la fiscal¨ªa un informe demoledor. "Por las informaciones que recib¨ª, el MSI es una de las puntas de las inversiones de la mafia rusa. Su objetivo es crear un cartel internacional para tomar el poder en el f¨²tbol, lavar dinero negro, controlar las transmisiones y manipular los resultados y las apuestas; para convertir al deporte en una fuente de actividades il¨ªcitas", acusa Tuma.
Despu¨¦s de tres meses de investigaciones, el GAECO insta ahora a la fiscal¨ªa a demandar por blanqueo de dinero a Joorabchian, al ruso Boris Berezovski y al georgiano Bari Patarkatsishvili. Todav¨ªa deja fuera a Abramovich, que, como ellos, levant¨® su fortuna con el proceso de privatizaciones de empresas estatales de la antigua URSS. Berezovski y Abramovich fueron socios en la pol¨¦mica toma de control de Sybneft, la patrocinadora del CSKA, por 225 millones de d¨®lares cuando exist¨ªa una oferta superior a los 443 millones.
Para Berezovsky ya existe una orden internacional de b¨²squeda y captura por falsedad, corrupci¨®n y terrorismo internacional, aparte de una condena de 20 a?os de c¨¢rcel en Rusia. "La informaci¨®n que tenemos dice que Berezovsky patrocin¨® la yihad en Chechenia. Y todos nos preguntamos ?por qu¨¦ el Reino Unido concede asilo a un hombre que financi¨® a Bin Laden? Y Joorabchian es su ahijado en los negocios", explica Tuma.
En 1999, Joorabchian lider¨® una operaci¨®n parecida a la compra del Corinthians. Al frente del fondo American Capital, tambi¨¦n de inversores an¨®nimos, compr¨® el peri¨®dico ruso Kommersant y luego se lo pas¨® a Berezovsky.
Rusia tambi¨¦n solicit¨® a Georgia la extradici¨®n por fraude y corrupci¨®n de Patarkatsishvili, due?o del Dinamo Tbilisi. Este equipo es investigado por un posible ama?o en la Copa de la UEFA ante el Panionios, griego. Levantaron sospechas los 36 millones de euros jugados en apuestas. Y se constat¨® un n¨²mero sorprendente de aciertos que se?alaban que el Tbilisi comenzar¨ªa ganando por 1-0 y el resultado final: 5-2 a favor del cuadro heleno. Se pagaron 28 a 1 y 100 a 1 respectivamente.
Joorabchian se defiende y dice que s¨®lo es "amigo" de Abramovich, Berezovsky y Patarkatsishvili y que ellos no tienen inversiones en el Corinthians. El ejecutivo no desvela los nombres de los inversores del MSI y siempre se escuda en que "cumple la legislaci¨®n".
Tuma acusa el MSI de ser "un cartel que hace lo mismo que los traficantes de drogas": "Al malhechor le encantan las chabolas para esconderse y conquista la protecci¨®n de sus vecinos con obras sociales. En el f¨²tbol pasa lo mismo. Contratan buenos jugadores, el equipo gana y a los aficionados s¨®lo les importan los resultados".
Las autoridades brasile?as han solicitado la colaboraci¨®n de pa¨ªses europeos para investigar la relaci¨®n del MSI con otros fondos de inversi¨®n de or¨ªgenes desconocidos como el Global Soccer Agency (GSA) y el Global Soccer Investments (GSI). En los ¨²ltimos a?os, estos fondos globales, con operaciones entrelazadas, han comprado y prestado a decenas de jugadores, como si fueran grandes equipos y amparados en el secretismo sobre los verdaderos inversores.
El GSI desembarc¨® en el Oporto tras el fichaje de Jos¨¦ Mourinho, Paulo Ferreira y Ricardo Carvalho por el Chelsea. La operaci¨®n fue negociada por el agente israel¨ª Pini Zahavi, administrador del fondo gibraltare?o GSA, que tambi¨¦n dise?¨® la compra del Chelsea por Abramovich. En marzo, Zahavi inici¨® conversaciones con Augusto C¨¦sar Lendoiro, el presidente del Deportivo, para un acuerdo de inversiones en el club gallego.
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