Indiana despide a 'Miller Time'
Reggie Miller, el mejor triplista de la historia de la NBA, se retira de la Liga tras 18 exitosas temporadas en los Pacers
Reggie Miller (Riverside, California, 1965) eligi¨® el momento en el que quer¨ªa desplegar toda su magia. ?stos eran los ¨²ltimos segundos de los partidos y se les llam¨® Miller Time, el tiempo de Miller. Luego, escogi¨® el lugar y pens¨® que no hab¨ªa mejor cancha que el Madison Square Garden de Nueva York. La combinaci¨®n de ambos hizo que Miller realizara en el coraz¨®n de Manhattan dos de las actuaciones m¨¢s memorables de la historia del baloncesto. En 1994 anot¨® 25 puntos en el ¨²ltimo cuarto de un partido de postemporada. Un a?o m¨¢s tarde, tambi¨¦n en la postemporada, anot¨® 8 en los ¨²ltimos 8,9 segundos del encuentro para dar a los Pacers una victoria por dos. Entre medias, se encar¨® con el director de cine Spike Lee, cuyas pel¨ªculas no han vuelto a ser las mismas desde entonces. Y tambi¨¦n desquici¨® a John Starks, entonces base de los Knicks, que, frustrado y desesperado, se lanz¨® a su cuello en un gesto que resum¨ªa el odio que los aficionados sent¨ªan por Miller, el mejor villano que ha dado la NBA y un jugador enormemente singular.
Tras la eliminaci¨®n de los Indiana Pacers a manos de los Pistons, la NBA pierde al mejor tirador de tres puntos de la historia con 2.650 triples anotados de 6.321 intentados, ambas cifras r¨¦cord (el segundo es Dale Ellis, con 1.719 anotaciones). Miller es adem¨¢s el sexto jugador con m¨¢s partidos jugados (1.389), el sexto en minutos jugados (47.621), el s¨¦ptimo con el mejor porcentaje en tiros libres (el 88%) y el duod¨¦cimo mejor anotador (25.279 puntos). Pero, sin duda, con Miller se marcha unos de los jugadores m¨¢s infravalorados, aunque hizo de los lanzamientos imposibles todo un arte.
Lo mas bonito de su heroica carrera es que durante 18 temporadas Miller defendi¨® los mismos colores. Nunca un jugador se ha asociado tanto a un lugar. Y es que cuando se habla de Indiana, el nombre del norteamericano tiene que aparecer necesariamente detr¨¢s. Miller elev¨® a una ciudad y un Estado en el que el baloncesto universitario y colegial estaban varios cuerpos por encima del profesional.
Los Hoosiers enfocaban sus miradas a los duelos entre las universidades de Indiana y Purdue, una de las grandes rivalidades del pa¨ªs, y en f¨²tbol americano a la universidad de Notre Dame, sobre cuyo equipo se han realizado tantas pel¨ªculas y escrito tantos libros como sobre cualquier presidente.
Pero Miller no siempre fue bienvenido en Indian¨¢polis. En 1987, los fans de los Pacers se reunieron en el Market Square Arena, la antigua cancha, para recibir el draft. Cuando, en la posici¨®n n¨²mero 11, los Pacers eligieron a un flacucho alero con cara ani?ada y ojos saltones, de 2,01 metros y menos de 80 kilogramos de peso y procedente de la Universidad de UCLA, se le abuche¨® con odio. ?El motivo? Indiana se hab¨ªa decantado por Miller en vez de por el h¨¦roe local, Steve Alford, leyenda de la Universidad de Indiana.
Por no ser, Miller no era ni el mejor jugador de su familia. Su hermana Cheryl, considerada la mejor jugadora de baloncesto de todos los tiempos y ahora popular comentarista de baloncesto en la televisi¨®n, siempre eclips¨® su figura durante sus primeros a?os como profesional.
Pero Miller se sobrepuso a la fr¨ªa acogida y consigui¨® convertir a una franquicia relativamente joven en aspirante constante al t¨ªtulo gracias a sus heroicidades en los ¨²ltimos segundos y a su estilo agresivo y provocador, que a base de exagerar los empujones que recib¨ªa, logr¨® desesperar hasta al mism¨ªsimo Michael Jordan. ?ste, durante un partido, no aguant¨® m¨¢s y le intent¨® agredir con el pu?o cerrado. Pero Miller tambi¨¦n fue un perfecto profesional que nunca se perdi¨® un entrenamiento por muy lesionado que estuviese.
A falta de 20 segundos para el final de su ultimo partido -el pasado jueves, frente al vigente campe¨®n, los Pistons de Detroit-, el entrenador rival, Larry Brown, pidi¨® un tiempo muerto para que todo el recinto dedicara una ovaci¨®n de cinco minutos a Miller, los ¨¢rbitros se acercaron a abrazarle y en la rueda de prensa los periodistas le dedicaron un homenaje similar. Nadie, ni Jordan, ni Larry Bird, ni Magic Johnson, se fueron de la Liga de la manera en que Miller se fue de Indiana.
A la NBA le costar¨¢ encontrar a otro jugador tan carism¨¢tico como ¨¦l.
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