?De qu¨¦ autonom¨ªa se habla en Bolivia?
El autor afirma que un gran pacto nacional entre las fuerzas pol¨ªticas y sociales es la v¨ªa para evitar la descomposici¨®n del pa¨ªs
"?No tienen ustedes un tal Ibarreta [le corrijo, Ibarretxe] que quiere la autonom¨ªa? Yo he visto que el Gobierno de Aznar iba contra ¨¦l"; ¨¦sta fue la respuesta de un taxista de Santa Cruz de la Sierra, que intent¨® emigrar a Espa?a, al preguntarle a mediados de abril, mientras me llevaba a la plaza 24 de septiembre, por la autonom¨ªa que reclamaban los santacruce?os. Hac¨ªa pocas semanas que se hab¨ªa producido la manifestaci¨®n y la recogida de firmas para presentar en la Corte Nacional Electoral (CNE) y forzar la convocatoria de un refer¨¦ndum. Se presentaron 428.105 firmas, de las que fueron aceptadas como v¨¢lidas 299.866. Un n¨²mero suficiente para convocar un refer¨¦ndum nacional por iniciativa popular, ya que la ley exige el 6% del padr¨®n nacional electoral, que est¨¢ en torno a los 4,5 millones. Cuento al taxista que lo del tal Ibarretxe no es una cuesti¨®n de autonom¨ªa, que los vascos tienen desde hace 25 a?os, sino de soberan¨ªa, y me responde que ellos no quieren hacerse independientes, pero s¨ª tener m¨¢s dinero y no dar tanto a La Paz, que gasta mucho.
El departamento de Santa Cruz, con m¨¢s de 370.000 kil¨®metros cuadrados y dos millones de habitantes, de los que 1.300.000 est¨¢n en la capital, lidera el movimiento autonomista, fundamentalmente por razones econ¨®micas. Genera en torno al 40% del PIB de Bolivia y produce m¨¢s del 60% de las exportaciones. La gente est¨¢ por la autonom¨ªa y por negociar con La Paz, pero el movimiento es m¨¢s empresarial que popular, a pesar de que puedan congregar en las calles a varios cientos de miles de personas. Los empresarios, sin embargo, no quieren aparecer como promotores de la autonom¨ªa, que se plantea como una cuesti¨®n bilateral con el poder central, con La Paz; y por eso hay un comit¨¦ c¨ªvico, elegido por las corporaciones, que desde febrero preside Germ¨¢n Antelo, m¨¦dico neur¨®logo, con posiciones pol¨ªticas cercanas a la derecha radical y al movimiento juvenil cruce?ista, ariete de los promotores de la Naci¨®n Camba, pobladores del oriente, contrapuesta a los Coias, habitantes del altiplano.
La promulgaci¨®n de la Ley de Hidrocarburos por el presidente del Congreso, Hormando Vaca D¨ªez, el 17 de mayo, pone de relieve uno de los graves problemas que aquejan a Bolivia en estos momentos: la debilidad del presidente Carlos Mesa y su Gobierno. La ley, pol¨¦mica para las compa?¨ªas extranjeras que est¨¢n instaladas en el pa¨ªs con contratos seg¨²n la ley de 1996 (Petrobras, la compa?¨ªa brasile?a de petr¨®leos, ya ha anunciado que recurrir¨¢ en todas las instancias internacionales la validez de sus contratos actuales), deb¨ªa ser sancionada o vetada por el presidente de la Rep¨²blica, seg¨²n la Constituci¨®n, para lo cual ten¨ªa 10 d¨ªas, plazo que Carlos Mesa dej¨® pasar (EL PA?S, 18-5-2005). Por su parte, Evo Morales, el l¨ªder cocalero del Movimiento Al Socialismo (MAS), segunda fuerza pol¨ªtica en el Congreso, ha anunciado que enmendar¨¢ la ley, quiere la nacionalizaci¨®n de los recursos y ha empezado su campa?a de bloqueos.
Con este panorama de debilidad del Gobierno central, se producen y van a suceder hechos que pueden sumir al pa¨ªs en una crisis cercana al caos. Est¨¢ decidido que el 8 de agosto se celebrar¨¢n las elecciones de prefectos de los departamentos, pero todav¨ªa no est¨¢n determinadas las competencias de estos nuevos cargos electos, porque hasta ahora eran nombrados por el Gobierno de La Paz, eran algo parecido a un gobernador civil en Espa?a. Se supone que las competencias de los nuevos prefectos deber¨ªa fijarlas la Constituyente, para la que hay acuerdo de celebraci¨®n, pero el problema es el momento, porque los autonomistas santacruce?os exigen que primero se celebre el refer¨¦ndum sobre la autonom¨ªa y han presentado las firmas necesarias en la CNE. Pero sus exigencias van m¨¢s lejos, porque el Comit¨¦ C¨ªvico quiere negociar la autonom¨ªa de forma bilateral con el Gobierno de La Paz.
Lo l¨®gico ser¨ªa una negociaci¨®n multilateral de todos los departamentos, pero ?qui¨¦n representa a los departamentos? Algunos pa¨ªses, entre ellos Espa?a, tratan de asesorar a los dirigentes para poner un poco de orden y coherencia en este debate. La l¨®gica deber¨ªa llevar a una Constituyente que determinase las competencias auton¨®micas y estatales, estableciese las reglas de juego entre las administraciones y determinase la forma como deber¨ªan constituirse los gobiernos de las autonom¨ªas y los parlamentos. En un paso siguiente se deber¨ªan convocar elecciones generales, auton¨®micas y constituirse las distintas instituciones.
Por otro lado, la autonom¨ªa administrativa y pol¨ªtica de los departamentos no es la ¨²nica que se reclama, en estos momentos, en Bolivia. Los ind¨ªgenas exigen la autonom¨ªa ¨¦tnica y Evo Morales, su l¨ªder, dice que hay en torno a 27 etnias diferentes a las que hay que reconocer su autonom¨ªa para organizarse, promover su cultura y acreditar sus instituciones ind¨ªgenas. Los ind¨ªgenas est¨¢n tomando conciencia de su fuerza y est¨¢n dispuestos a que sus reivindicaciones sean atendidas. Para ello realizan bloqueos en el pa¨ªs, con los que ya consiguieron paralizarlo en 2003 y la renuncia del presidente Gonzalo S¨¢nchez de Lozada. En este escenario que causa desconcierto y muchas dudas, el futuro de la autonom¨ªa en Bolivia est¨¢ sembrado de incertidumbre. Casi todos los interlocutores y pol¨ªticos con los que habl¨¦ miran a Espa?a y la se?alan como prueba de que la descentralizaci¨®n, no s¨®lo administrativa sino pol¨ªtica, es muy buena a la vista de los resultados de un mayor desarrollo y progreso. Sin embargo, no son tan conscientes de que el Estado de las autonom¨ªas ha sido un proceso lento, lleva 25 a?os de funcionamiento, y todav¨ªa no est¨¢ acabado ni totalmente definido el modelo.
La cuesti¨®n es si con los planteamientos que est¨¢n en el debate pol¨ªtico -exigencia de autonom¨ªa administrativa y pol¨ªtica del territorio, autonom¨ªas ¨¦tnicas, Constituyente, elecciones de los jefes de departamento, bloqueos de los ind¨ªgenas por el desacuerdo con la nueva Ley de Hidrocarburos, divergencias con las empresas petroleras por los contratos existentes, dificultades en la pol¨ªtica internacional por su planteamiento de soberan¨ªa en la salida al mar- tendr¨¢n una respuesta adecuada de las fuerzas pol¨ªticas, con un Gobierno muy debilitado por la postura de su presidente, incapaz de tomar una decisi¨®n, aunque ¨¦sta sea sancionar una ley aprobada en el Parlamento. Si las fuerzas pol¨ªticas no intentan un gran pacto nacional en el que est¨¦n presentes las organizaciones sociales, en algunos casos con m¨¢s aceptaci¨®n que los partidos pol¨ªticos, podemos asistir en los pr¨®ximos meses a una descomposici¨®n progresiva a la que no se le ve una salida razonable.
Joaqu¨ªn Tagar es periodista y analista de pol¨ªtica internacional.
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