Valencia se destaca

Aparcada la reforma del Estatuto vasco tras su rechazo por las Cortes, la del Estatuto de la Comunidad Valenciana ser¨¢ la primera en ser votada tras el acuerdo alcanzado ayer entre los dos principales partidos, PP, que gobierna con mayor¨ªa absoluta, y PSOE. Este acuerdo marcar¨¢ con toda probabilidad la pauta para las otras reformas proyectadas en al menos otras siete comunidades. El acuerdo refleja que, de las dos posiciones latentes existentes en el PP respecto a las reformas territoriales, al menos en Valencia se ha impuesto la de participar en la reforma con todas las consecuencias.

El consenso ayer alcanzado supone el primer punto de encuentro entre los dos grandes partidos respecto a la reforma del modelo territorial de Espa?a. Para llegar a este consenso ha sido necesario que el PP abandonara alguna de sus posiciones m¨¢s extremas y aceptara propuestas socialistas inicialmente recibidas con recelo. La reforma valenciana del estatuto valenciano se efect¨²a dentro del marco de la Constituci¨®n y su aprobaci¨®n, a diferencia de la iniciativa catalana, no conlleva la modificaci¨®n de leyes org¨¢nicas. La v¨ªa valenciana se muestra abierta a la incorporaci¨®n de cualquier cambio que se introduzca en la legislaci¨®n b¨¢sica del Estado.

Formalmente rechaza la creaci¨®n de una agencia tributaria territorializada y se conforma con un Servicio Tributario Valenciano, una mera externalizaci¨®n de una direcci¨®n general, que tendr¨¢ a su cargo la gesti¨®n de los tributos propios, pero no de los cedidos. Pero la oposici¨®n de los populares a la creaci¨®n de la Agencia Tributaria propia no era tan frontal como aparente, toda vez que deja una puerta abierta mediante la futura modificaci¨®n de la LOFCA. Del mismo modo, por lo que a las competencias de justicia se refiere, el articulado acepta que los cambios que se puedan producir en el futuro en la Ley Org¨¢nica del Consejo General del Poder Judicial puedan conducir a la puesta en marcha de un Consell de Justicia con competencias auton¨®micas en esta materia y de que el Tribunal Superior de Justicia Valenciano act¨²e como ¨²ltima instancia. En este sentido, la reforma valenciana es una propuesta cauta y pasiva; m¨¢s que apostar por los cambios, como sucede en el caso de la reforma del Estatuto catal¨¢n, espera que se produzcan para asumirlos.

El acuerdo es hist¨®rico para los valencianos, pues es la primera vez que desde su autonom¨ªa se propone un modelo de reforma territorial y se produce sin grandes enfrentamientos. Contempla la capacidad del presidente de la Generalitat para disolver anticipadamente las Cortes y convocar elecciones, una competencia hasta ahora reservada a los Estatutos de las nacionalidades hist¨®ricas. Introduce una carta de derechos sociales. Recupera el derecho foral valenciano. E intenta introducir un cierto orden en la pol¨¦mica sobre el idioma al hacer obligatoria en las instituciones la normativa de la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua. Por el contrario, no asume competencias en materia de polic¨ªa de tr¨¢fico, como se lleg¨® a proponer, ni reduce la barrera del 5% de los votos para poder acceder al Parlamento aut¨®nomo. Queda excluida la cl¨¢usula de asunci¨®n de cualquier nueva competencia que contemplaran otros estatutos, tal como quer¨ªa inicialmente el presidente Camps.

El nuevo estatuto supone un pacto de m¨ªnimos; pero contiene los elementos para aceptar los cambios en la modificaci¨®n b¨¢sica del Estado que le permitan acercarse a las competencias de otras normativas auton¨®micas de mayor calado.