Legitimidad de origen

Mucho se est¨¢ hablando de la legitimidad de la designaci¨®n de este Consejo Audiovisual. Conviene recordar que la ley por la que se creaba fue de las primeras de esta legislatura, y que formaba parte de la oferta de impulso democr¨¢tico que el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa formul¨® en su discurso de investidura. Se trataba de dotar a la sociedad andaluza de un instrumento capaz de dar respuesta a una creciente demanda social de mayor calidad de las programaciones de nuestras radios y televisiones, encargado de velar por la preservaci¨®n de los valores democr¨¢ticos y constitucionales - la no-discriminaci¨®n, el pluralismo, la libertad, la protecci¨®n de la infancia, etc¨¦tera- en dichos medios, as¨ª como ¨²til para asesorar al Gobierno en la ordenaci¨®n de un sector tan importante para el car¨¢cter democr¨¢tico de nuestra sociedad como el audiovisual.

Todos coincidimos -digo bien, todos los grupos parlamentarios- en que lo que proporcionar¨ªa independencia y credibilidad al Consejo, adem¨¢s de sus propias funciones y regulaci¨®n, era su elecci¨®n por mayor¨ªa cualificada del Parlamento, as¨ª como el perfil de sus componentes. No se quiso un reparto proporcional para no incurrir en un sistema de cuotas, y no se quiso convertir el Consejo Audiovisual en refugio de responsables org¨¢nicos de los partidos sin cargo institucional.

Todo ello es tan cierto como lo es el que en ning¨²n sitio est¨¢ escrito que los miembros del Consejo deban ser independientes -es decir, no pertenecer a un partido- ni que su profesi¨®n deba estar vinculada al sector de la informaci¨®n o la comunicaci¨®n. Quer¨ªamos un Consejo Audiovisual formado por mujeres y hombres con prestigio profesional, libres de criterio, que expresaran el pluralismo de la sociedad andaluza, y diferentes perspectivas desde las que abordar el impacto social del sector audiovisual. ?sa era, si se me permite decirlo, la voluntad del legislador.

?En qu¨¦ punto nos encontramos ahora? Tres grupos parlamentarios hemos propuesto un total de 14 personas, un grupo ha renunciado; tenemos que buscar el grado de acuerdo preciso para que 11 de los propuestos obtengan una mayor¨ªa de tres quintos al menos.

Hasta aqu¨ª, las descalificaciones, las leg¨ªtimas ofensivas de cada cual para mejorar posiciones. Ha habido quien ha cifrado la legitimidad del Consejo Audiovisual en que su cuota fuera de un miembro m¨¢s; ha habido quien ha descalificado a algunos propuestos por su pasada vinculaci¨®n partidaria.

Pero ahora empieza la hora de la negociaci¨®n y del acuerdo, sin vetos ni exclusiones. Es una tarea dif¨ªcil, muy dif¨ªcil, pero no imposible. La legitimidad de origen del Consejo Audiovisual la dar¨¢n los tres quintos, pero no hay la menor duda de que un apoyo superior significar¨ªa un plus digno de tener en cuenta. La legitimidad de ejercicio, una vez elegido, la alcanzar¨¢ el Consejo si sus componentes -como todos nosotros- saben estar a la altura de sus importantes funciones.

Manuel Gracia Navarro es portavoz parlamentario del PSOE.