Euforia en la izquierda radical
Los partidarios del 'no' aseguran que la batalla por una Europa antiliberal no ha hecho m¨¢s que empezar
Nadie, ni siquiera en las filas del no esperaba vencer por goleada. As¨ª que en cuanto, a las 10 de la noche, la televisi¨®n anunci¨® que la diferencia era de 10 puntos (55 frente a 45) en Marsella, donde el no arras¨® con un 61%, comenz¨® a bajar gente hacia el puerto para celebrarlo. Frente al diario propiedad del Partido Comunista Franc¨¦s (PCF) colocaron dos altavoces de m¨¢s de un metro de alto y empez¨® la fiesta.
Bailaban los veintea?eros junto a militantes de 50 y 60 a?os de Attac, alguno con el pelo blanco, recogido en coleta hasta la mitad de la espalda, y camiseta del Che Guevara. Sonaban canciones de Manu Chao y de la resistencia contra los nazis en la II Guerra Mundial. Hab¨ªa camisetas contra la guerra de Irak y a favor de la causa palestina. La fiesta ilustraba lo que la l¨ªder del PCF, Marie-Georges Buffet, pretende ahora: estructurar la "izquierda antiliberal", cohesionarla, alrededor de su partido.
Hab¨ªa unas 1.000 personas frente a la sede de La Marseilleise, peri¨®dico donde, seg¨²n sus responsables, trabajan unos 110 periodistas y del que se venden unos 70.000 ejemplares cada d¨ªa. En el suelo de la plaza alguien coloc¨® una pancarta que dec¨ªa: "Otra izquierda es posible". Pero, ?qu¨¦ tipo de izquierda? ?La de Attac -principal colectivo antiglobalizaci¨®n de Francia-; la de los socialistas que han votado contra la l¨ªnea oficial de su partido; la de la Liga Comunista Revolucionaria o la del PCF? "Una izquierda que busque de verdad cambiar el mundo y compartir la riqueza, no una izquierda como la del partido socialista de Espa?a", contestaba Catherine Ferr¨¦, profesora de lengua, de 49 a?os. "?ste es el primer paso de una batalla que acaba de empezar", dec¨ªa Ferr¨¦.
Hab¨ªa muchos militantes de Attac, como Marcel Siguret, jubilado de 62 a?os, antiguo director ejecutivo de la compa?¨ªa inform¨¢tica Unisys, que parec¨ªan revivir su particular mayo del 68 en esta noche de mayo de 2005. "Los principales peri¨®dicos y canales de televisi¨®n no han podido manipular al pueblo", dec¨ªa Siguret.
En las encuestas que difundieron ayer medios como Le Monde o el segundo canal p¨²blico de televisi¨®n para analizar las razones del no, el desempleo ocupaba el primer puesto. La tasa de paro en Francia, seg¨²n la agencia estad¨ªstica Eurostat, fue del 9,7% el a?o pasado, cifra ligeramente superior a la media en la Europa de Los 15 (8%) y muy similar a la de Espa?a (10%), aunque netamente peor que la del Reino Unido (5,7%) o Suecia (4,7%). La tasa de paro en Francia ahora es casi la misma que en 1992 (10,2%), cuando se aprob¨® el Tratado de Maastricht.
Tal vez por eso hace 10 meses, el 14 de julio de 2004, d¨ªa de la fiesta nacional en Francia, cuando el presidente de la naci¨®n, Jacques Chirac, convoc¨® el refer¨¦ndum, la mayor¨ªa de los ciudadanos se mostraban partidarios del s¨ª en todas las encuestas. Y as¨ª siguieron durante ocho meses. Hasta que el pasado marzo se invirtieron las tornas. En s¨®lo tres meses se produjo el vuelco. "Es que en marzo", indica Christian Digne, jefe de la secci¨®n pol¨ªtica de La Marseilleise, "fue cuando en Bruselas se empez¨® a negociar de nuevo la directiva Bolkestein [la privatizaci¨®n de los servicios p¨²blicos]. Y empezaron a darse muchos casos de deslocalizaciones. Y la gente se hart¨® de este Gobierno de derechas".
Los nueve pa¨ªses que hab¨ªan aprobado antes que Francia el tratado europeo en ning¨²n momento han sido una referencia durante la campa?a. Espa?a tampoco. Miguel Ortiz, miembro del PCF, asegura que en Espa?a la gente vot¨® pensando m¨¢s en Europa que en el contenido de la Constituci¨®n. Y aqu¨ª se ha votado sobre la Constituci¨®n no sobre Europa. El ejemplo de esto es que las constituciones que se repartieron en Espa?a eran versiones de unas 40 o 50 p¨¢ginas. Y aqu¨ª, cada ciudadano recibi¨® en su casa una constituci¨®n ¨ªntegra de 200 p¨¢ginas.
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