Una m¨¢quina

Menuda m¨¢quina de producir rock duro la que tienen montada Chris Cornell, ex vocalista de Soundgarden y los tres antiguos instrumentistas de los politizados Rage Against the Machine.

M¨¢s din¨¢micos y alegres que la primera banda y m¨¢s l¨ªricos y f¨¢ciles de asimilar para el gran p¨²blico que la segunda, Audioslave ofreci¨® un poderoso concierto del que hay que resaltar primero la calidad del sonido: brillante, definido, lleno de matices y con un punch ejemplar. Con conciertos como ¨¦ste queda claro que, cuando el promotor o el grupo se gastan el dinero suficiente en equipo, hasta el local con condiciones ac¨²sticas m¨¢s cacof¨®nicas suena bien.

El grupo transit¨® por el repertorio de sus dos elep¨¦s hasta la fecha, haciendo parada obligatoria en ¨¦xitos de Soundgarden -excelente la versi¨®n a guitarra ac¨²stica y voz de Black hole sun- y R.A.T.M. No menos buena fue la interpretaci¨®n de Killing in the name, con un modo de sonar que a veces recordaba a Henry Rollins y en otras ocasiones a los mism¨ªsimos Led Zeppelin -Tom Morello estuvo a la guitarra francamente incre¨ªble y su modo de sacar sonidos inesperados a su instrumento hasta recordaba a veces la capacidad de experimentaci¨®n del mism¨ªsimo Jimmy Page-, la banda hizo vibrar a un p¨²blico entregado hasta el delirio. L¨¢stima que su punto flojo sean las canciones, correctas pero que no llegar¨¢n a convertirse nunca en temas cl¨¢sicos de la historia del rock. ?sa ser¨¢, sin lugar a dudas, la asignatura pendiente para un cuarteto que lo tiene todo para entrar en el olimpo de los dioses inmortales del g¨¦nero.