Respuesta de Amnist¨ªa Internacional

En la carta R¨¦plica publicada el 1 de junio en EL PA?S, John Law, portavoz de la Embajada de Estados Unidos en Espa?a, pone en duda las denuncias de Amnist¨ªa Internacional sobre los abusos contra los derechos humanos cometidos por representantes de este pa¨ªs, as¨ª como la credibilidad de nuestra organizaci¨®n y de EL PA?S por ofrecer nuestras informaciones a sus lectores.

Es desconcertante que para John Law, Amnist¨ªa Internacional sea una organizaci¨®n "con un largo historial de valiosas contribuciones a la concienciaci¨®n de la opini¨®n sobre los asuntos relacionados con los derechos humanos" cuando hablamos de lo que ocurre fuera de Estados Unidos y "que socavemos nuestra credibilidad" cuando nos referimos a su pa¨ªs. Amnist¨ªa Internacional es una organizaci¨®n imparcial e independiente, y este tipo de comentarios caen por su propio peso.

En cuanto a las acusaciones de la carta, Amnist¨ªa Internacional reitera que en Guant¨¢namo, Estados Unidos mantiene un campo de prisi¨®n aislado en el que recluye a personas de manera arbitraria, en r¨¦gimen de pr¨¢cticamente total incomunicaci¨®n, sin que se les hayan imputado cargos o se les haya sometido a juicio y sin acceso al proceso debido. Ni uno solo de los detenidos actualmente de Guant¨¢namo ha podido conseguir que un tribunal revise la legalidad de su detenci¨®n, pese a la resoluci¨®n en este sentido emitida por la Corte Suprema el a?o pasado. La situaci¨®n en Guant¨¢namo desaf¨ªa abiertamente el derecho internacional.

La organizaci¨®n afirma, adem¨¢s, que siguen apareciendo pruebas que se?alan que, desdeAfganist¨¢n hasta Irak y m¨¢s all¨¢, Estados Unidos mantiene una red de centros de detenci¨®n en los que se recluye a personas en secreto o fuera de un marco legal adecuado.

Las pol¨ªticas y pr¨¢cticas de interrogatorio y detenci¨®n utilizadas por Estados Unidos durante la "guerra contra el terror" han violado deliberada y sistem¨¢ticamente la prohibici¨®n absoluta de la tortura y los malos tratos, intentando disfrazar ¨¦sta con un lenguaje administrativo confuso. Incluso individuos recluidos bajo custodia de Estados Unidos han sido trasladados para ser sometidos a interrogatorio a pa¨ªses en los que se sabe que se practica la tortura.

Si el presidente Bush y su Gobierno quieren realmente defender la libertad y la dignidad humanas, deben comprometerse de nuevo con el Estado de derecho y los derechos humanos.