Como un p¨¦ndulo
La cantante griega Eleftheria Arvanitaki ha conseguido en pocos a?os que su nombre se pronuncie sin dificultad por aqu¨ª. Con una puesta en escena impecable y una entrega entusiasta, inaugur¨® la quinta edici¨®n del ciclo Madrid EnCanto.
A Arvanitaki, que naci¨® en el Pireo y est¨¢ m¨¢s cerca de los 50 que de los 40, se la ha vendido en Espa?a como un producto genuinamente aut¨¦ntico de la m¨²sica popular de Grecia. Y ah¨ª radica cierto equ¨ªvoco. Arvanitaki se sit¨²a clara, aunque no decididamente, en la m¨²sica pop m¨¢s liviana. Cuando interpreta algunas canciones recuerda a cantantes mel¨®dicas como Nana Mouskouri y C¨¦line Dion mucho m¨¢s, desde luego, que a Cesaria Evora o Marta Sebestyen. Que su perfil -actitud, repertorio, arreglos...- anda por esa l¨ªnea comercial que los franceses llaman variedades lo certificar¨ªa el hecho de haber vendido en su pa¨ªs m¨¢s de 100.000 ejemplares de su ¨²ltimo disco, Ola sto fos (Todo sacado a la luz).
Eleftheria Arvanitaki
Eleftheria Arvanitaki (voz), Akis Katsoupakis (teclados y arreglos), Manos Ahalinotopoulos (clarinete y kaval), Dimitris Barbagalas (guitarras), Spyros Goumas (bouzouki), Kostas Liolios (bater¨ªa), Vangelis Karipis (percusi¨®n) y Yannis Papatriantafillou (bajo). Teatro Alb¨¦niz. Madrid, 1 de junio.
A medida que avanzaba el concierto se fue acercando a una m¨²sica m¨¢s comprometida con el Mediterr¨¢neo oriental. El bouzouki y la flauta kaval tra¨ªan las brisas del Egeo y aires balc¨¢nicos, y defendieron la esencia de canciones surgidas en bulliciosas tabernas del Pireo con vistas al B¨®sforo.
Eleftheria Arvanitaki tiene una relaci¨®n muy fuerte con la canci¨®n tradicional, con la energ¨ªa sinuosa y dram¨¢tica de la rembetika, el apasionado estilo musical de los griegos expulsados de Turqu¨ªa tras la I Guerra Mundial. Asociado al lumpen y prohibido en las radios, rescatado por artistas e intelectuales contra la dictadura de los coroneles, y que atrajo a los j¨®venes de la generaci¨®n de Eleftheria. As¨ª que, dependiendo de gustos y afinidades, hubo tantos momentos atractivos como superfluos.
El p¨²blico, con buena representaci¨®n de la colonia helena de Madrid, no pareci¨® preocupado con esos detalles y disfrut¨® con todo. La pobre no daba cr¨¦dito ante tanto entusiasmo. Eleftheria Arvanitaki dio las gracias muchas veces a un auditorio entregado antes de empezar y deseoso de mostrarle su adhesi¨®n y afecto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.