Parodia de justicia
La condena a nueve a?os de prisi¨®n -uno menos de lo solicitado por el fiscal- del magnate Mija¨ªl Jodorkovski, acusado de fraude y evasi¨®n de impuestos, ha puesto de relieve a la vez la parodia judicial rusa y los procedimientos empleados por el presidente Putin. La lecci¨®n principal del caso Jodorkovski-Yukos, que ha sacudido el paisaje pol¨ªtico y econ¨®mico del segundo productor mundial de petr¨®leo, es que en Rusia el poder sigue siendo m¨¢s importante que la ley. Una de sus consecuencias es la voladura de la confianza inversora occidental, reflejada en una creciente huida de capitales.
Es m¨¢s que probable que Putin haya obtenido una victoria p¨ªrrica. El que fuera el hombre m¨¢s rico de Rusia ha asegurado, conocida la sentencia, que no renuncia a querer democratizar su pa¨ªs. Las primeras reacciones pol¨ªticas internas sugieren la conversi¨®n de Jodorkovski en un icono para los maltratados liberales rusos. Para las democracias occidentales, que desde el comienzo han visto en el proceso y el paralelo desmembramiento del tit¨¢n energ¨¦tico Yukos un caso claro de escarmiento pol¨ªtico al margen de la ley, la condena hace de Jodorkovski el tema inesquivable de los contactos con Putin. Bush ya ha sugerido que el magnate fue condenado antes de ser juzgado.
Jodorkovski representa el ep¨ªtome del oportunismo econ¨®mico al calor del caos y la corrupci¨®n privatizadora de Yeltsin. Un ascenso de la nada a la cima, culminado con el asalto a la mayor petrolera del pa¨ªs, Yukos, perpetrado con todos los medios posibles en un entorno tan s¨®rdido y degradado como los a?os noventa en Rusia. Carrera similar a la de otros muchos personajes desmesuradamente ricos que, sin embargo, no han corrido su suerte. Su pecado real ha sido desafiar al aut¨®crata Putin. El drama comenz¨® a escribirse al transgredir un pacto no escrito seg¨²n el cual los "oligarcas" pod¨ªan seguir si¨¦ndolo con tal de que pagasen impuestos y no se metieran en pol¨ªtica. Mija¨ªl Jodorkovski financi¨® partidos opositores y se convirti¨® en potencial amenaza para el jefe del Kremlin.
El final del caso, sin embargo, deber¨ªa considerarse provisional. Su largo proceso y condena han servido al joven y ambicioso Jodorkovski para redibujar su imagen y pasar de triunfador sin escr¨²pulos a disidente comprometido con la lucha democr¨¢tica. A diferencia de otros notorios potentados, ha elegido permanecer en Rusia para afrontar su calvario. Este elemento decisivo le hace diferente, y mejor, a los ojos de quienes comienzan a verle como un referente futuro.
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