Explosiva Bolivia
Bolivia est¨¢ a la deriva, aunque las instituciones convencionales del poder sigan existiendo. Con el presidente acorralado y el Congreso semiparalizado, el convulso pa¨ªs andino cabalga una ola de desgobierno cuyos elementos m¨¢s relevantes son las incesantes manifestaciones, los bloqueos de carreteras, las huelgas y las dimisiones pol¨ªticas. En un intento desesperado por desactivar este explosivo vac¨ªo, el presidente Carlos Mesa acaba de firmar un decreto, dudosamente constitucional, que fija para octubre una doble consulta popular: elecci¨®n de una Asamblea constituyente que otorgue m¨¢s poder a quienes menos tienen y refer¨¦ndum auton¨®mico. Se trata de contentar a la vez a la mayor¨ªa india que exige radicales reformas sociales y a las provincias surorientales del pa¨ªs, que buscan a cualquier precio el control del gas y el petr¨®leo que almacenan.
Mesa, un pol¨ªtico independiente sin base parlamentaria, afronta una misi¨®n tanto m¨¢s imposible cuanto que su papel bordea ya la irrelevancia, tras afrontar una crisis tras otra desde que llegara accidentalmente a la presidencia en octubre de 2003. Bolivia, el pa¨ªs m¨¢s pobre de Suram¨¦rica, alberga las segundas reservas de gas natural de la regi¨®n. Y en su territorio semivac¨ªo compiten dos grupos sociales con agendas aparentemente irreconciliables. Por un lado, una mayor¨ªa india despose¨ªda secularmente, que manifiesta su fuerza en las calles del altiplano antes que en el Parlamento, y exige la nacionalizaci¨®n de los hidrocarburos. Su presi¨®n ha conseguido el mes pasado -con la ins¨®lita abstenci¨®n de Mesa, que rechaz¨® aprobar o vetar la ley- un nuevo impuesto del 32% pagadero por los productores extranjeros de gas y petr¨®leo, entre ellos Repsol, que han invertido en el pa¨ªs andino 3.500 millones de d¨®lares en los ¨²ltimos diez a?os.
Por otro, las ¨¦lites de ascendencia europea que dominan las regiones surorientales de Santa Cruz y Tarija, motor econ¨®mico del pa¨ªs, donde est¨¢n el gas y el petr¨®leo, han logrado que La Paz permita la elecci¨®n directa de sus responsables pol¨ªticos y su prop¨®sito es alcanzar un amplio autogobierno. Los cruce?os han fijado unilateralmente un refer¨¦ndum auton¨®mico para agosto, iniciativa que los dirigentes ind¨ªgenas consideran encaminada al secuestro de la ¨²nica riqueza real boliviana.
Un pa¨ªs tan fr¨¢gil como Bolivia, sin instituciones capaces de articular una respuesta a la vez firme y democr¨¢tica, no puede soportar por mucho tiempo ser solicitado por fuerzas antag¨®nicas tan dispares. Mucho m¨¢s grave que la supervivencia pol¨ªtica del presidente Mesa es el riesgo de que en este caos se alcen una vez m¨¢s como salvadores -lo han hecho decenas de veces en el pasado- los expeditivos militares bolivianos.
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