Loca juventud
Sasha y Mundy, los Amigos absolutos de John Le Carr¨¦, discuten sobre c¨®mo formar gentes de paz partiendo del D¨ªa cero: "En una primera etapa -exige el Or¨¢culo alem¨¢n- debemos borrar por completo la pizarra humana. Desintoxicaremos el cerebro, lo depuraremos de prejuicios, inhibiciones y apetitos heredados. Purgaremos todo lo viejo y podrido: el americanismo, la codicia, las clases, la envidia, el racismo, el sentimentalismo burgu¨¦s, el odio, la agresividad, la superstici¨®n y el af¨¢n de propiedades y poder". El brit¨¢nico interroga, esc¨¦ptico, sobre qu¨¦ poner despu¨¦s en ese tabl¨®n vac¨ªo. Respuesta del entonces anarquista: "Lo que es necesario para una sociedad en armon¨ªa y nada m¨¢s: amor fraternal, repartici¨®n natural, respeto mutuo".
Finalizaban los a?os sesenta en la "muy inflamable semiciudad de Berl¨ªn Oeste", cuando la utop¨ªa todav¨ªa parec¨ªa posible, siempre que partiera de las f¨¢bricas y de las comunas de estudiantes de Berl¨ªn, Par¨ªs o Barcelona... Pero queda claro que el mundo no ha vuelto al estado en que hallaba antes de "sucumbir a las m¨²ltiples enfermedades del fascismo, el capitalismo, el militarismo, el consumismo, el nazismo, la coca-colonizaci¨®n, el imperialismo y la pseudo-democracia".
Por eso es absurdo que nos desconcierte que, en las aulas, los patios y las calles, algunos de nuestras hijas e hijos muestren, reproducidos y aumentados, los s¨ªntomas de tanta patolog¨ªa heredada. C¨®mo podemos extra?arnos cuando afloran la extrema competitividad, los celos, el machismo, la violencia como m¨¦todo para resolver conflictos... y hasta la muerte, entre la loca juventud, si la incompetente adultez ha acreditado de sobra su impotencia para ofrecer un modelo mejor...
Otro detalle: Unicef denuncia que quienes residen en centros de internamiento (tambi¨¦n en Europa) son "extremadamente vulnerables a los malos tratos". El informe que se publicar¨¢ en julio dice que un mill¨®n de menores sobreviven en entornos cerrados, de los que es dif¨ªcil se tenga noticia en el exterior, en manos de la arbitrariedad y la impunidad de sus cuidadores. Otra f¨®rmula adecuada para educar hu¨¦rfanos y rehabilitar delincuentes juveniles, escribiendo en sus pizarras m¨¢s rencor y barbarie.
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