Evitar la desbandada

La crisis europea se puede agravar si, adem¨¢s de proceder al entierro de la Constituci¨®n Europea, se produce una desbandada. El llamamiento de Chirac y Schr?der a la calma viene al punto, pues el "s¨¢lvese quien pueda" y el encadenamiento de recriminaciones puede conducir al desastre pol¨ªtico y econ¨®mico. Los 25 y las instituciones europeas deben, cuando se re¨²nan en Bruselas, lanzar un mensaje tranquilizador: la Constituci¨®n Europea puede haber deca¨ªdo prematuramente, pero el enorme acervo de estos ¨²ltimos 50 a?os se mantiene y es la plataforma sobre la que construir un nuevo futuro.

Que Londres vaya a poner t¨¦rmino ma?ana al procedimiento legislativo para convocar su propio refer¨¦ndum no deja de ser un gesto c¨ªnico. La Constituci¨®n ha sido ya ratificada por 10 pa¨ªses, y los que quieran deben poder hacer otro tanto. Es comprensible que algunos gobiernos renuncien a sus referendos si los van a perder. Pero el asalto de la prensa euroesc¨¦ptica brit¨¢nica al euro, al que su pa¨ªs no pertenece, o, peor a¨²n, los comentarios italianos son irresponsables. Desde el otro lado del Atl¨¢ntico, Condoleezza Rice ha venido a recordar con sensatez que EE UU necesita una Europa unida.

Pese a que los economistas llevan meses quej¨¢ndose de la carest¨ªa del euro respecto al d¨®lar, hay inquietud ahora por su ca¨ªda. Lo preocupante es que esta ca¨ªda responda al descontrol interno de la Uni¨®n. Es una raz¨®n central para el mensaje unitario que ha de salir de los 25, y que ayer comenzaron a preparar los muy debilitados Schr?der y Chirac. Sorprende la falta de previsi¨®n de los gobiernos ante la victoria del no en Francia y Holanda. La reacci¨®n del Gobierno espa?ol, desde la calificaci¨®n inicial de "tropiezo" a la posterior de "crisis", tiene demasiado de improvisaci¨®n. No hay que actuar con precipitaci¨®n, so pena de agravar la situaci¨®n. La Constituci¨®n no entraba en vigor hasta noviembre de 2007 como pronto, y algunas de sus disposiciones institucionales hasta 2009 o incluso 2014. Hay tiempo para el "respiro" que pide Chirac.