La evaluaci¨®n de las ciudades se conoce hoy dentro de otra batalla

Madrid, Par¨ªs, Londres, Nueva York y Mosc¨² est¨¢n peleando por ser la sede de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2012, y hoy conocen, a trav¨¦s de Internet, justo un mes antes de la elecci¨®n, las conclusiones de las visitas de la Comisi¨®n de Evaluaci¨®n del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI). Pero no es la ¨²nica batalla ol¨ªmpica que se libra en estos momentos para la edici¨®n de dentro de siete a?os. La lucha de las ciudades es m¨¢s de cara al exterior, pero existe otra interna, de gran calado estructural en el olimpismo, que ha producido tensiones ins¨®litas en su pilar m¨¢s importante, las federaciones internacionales. El programa de deportes en los Juegos va a ser abordado a fondo en la pr¨®xima Sesi¨®n de Singapur, tras la elecci¨®n de la sede de 2012. All¨ª, se va a ver, con la votaci¨®n de los miembros, qu¨¦ deportes de los 28 actuales pueden seguir o si otros pueden entrar a sustituir a los que no ofrecen ya inter¨¦s para esa edici¨®n. El 51% de los votos ser¨¢ el requerido para mantenerse y dos tercios del total, una proporci¨®n mayor, para entrar. En los pr¨®ximos Juegos de Pek¨ªn 2008 se mantendr¨¢ el programa vigente.

El presidente del COI, Jacques Rogge, que hered¨® de su predecesor, Juan Antonio Samaranch, el problema de un gigantismo consecuencia del ¨¦xito, tiene una aut¨¦ntica patata caliente entre las manos. Ya en una ocasi¨®n anterior, hace tres a?os, sufri¨® un rev¨¦s cuando los miembros de la Sesi¨®n del COI le rechazaron en M¨¦xico un primer intento de poner en cuesti¨®n ciertos deportes y, sobre todo, partes de ellos, como la marcha en atletismo. Ahora, las federaciones se han puesto en guardia, casi en pie de guerra. De momento, tomaron una decisi¨®n ins¨®lita: convocar una Asamblea General Extraordinaria que se celebrar¨¢ ma?ana en Ginebra.

En principio no parece que habr¨¢ cambios, al haber cerrado filas todos los deportes actuales del programa, pero el rugby a 7, el golf, el squash o el patinaje esperan ya el hueco que pueden dejar el b¨¦isbol o el pentatl¨®n moderno, entre otros. Y todo ello, con el enfado de las federaciones, porque en defensa de sus intereses han debido hacer campa?a como si fueran las ciudades candidatas a ser sede.