Avinguda del Port
En Val¨¨ncia, donde la alcaldesa bautiza cada nuevo edificio relacionado con la Copa del Am¨¦rica como emblem¨¢tico, a la reordenaci¨®n que se proyecta para la Avinguda del Port simplemente la ha cualificado de "principal obra de embellecimiento". Una intenci¨®n saludable para una v¨ªa que hoy es m¨¢s una carretera que otra cosa, pues su aut¨¦ntico protagonista es el tr¨¢fico motorizado, especialmente el coche. Hoy el hist¨®rico Cam¨ª del Grau es una avenida insegura para el peat¨®n, lo m¨¢s contrario a un paseo, con ¨¢rboles inapropiados muy distintos de los pl¨¢tanos que lo protagonizaban hace cuarenta a?os, cargada de un tr¨¢fico denso, contaminante y ruidoso. Con todo, sigue siendo la principal conexi¨®n con el mar y su importancia en la vida diaria de la ciudad no puede disminuir. Por eso, que se anuncie su reordenaci¨®n es positivo, m¨¢s cuando incluye cosas como ampliar sus aceras y plantar ¨¢rboles.
Sin embargo, de lo que se ha publicado, b¨¢sicamente una secci¨®n dibujada, uno no saca la impresi¨®n que el embellecimiento haya sido el objetivo prioritario del proyecto. Los humanos pretendemos la belleza para disfrutarla, como parte de una vida amable, confortable y que empiece por entrarnos por la vista, pero del dibujo y de algunas justificaciones conocidas se saca la idea de que sobre todo se trata de una reordenaci¨®n en la tradicional l¨ªnea del servicio de tr¨¢fico municipal, esto es, la de tratar de que quepan mas coches en el viario. Me parece que en ello hay dos malentendidos. Uno es que, aunque el viario se hizo, entre otras cosas, para servir a la movilidad humana, ello no significa que los desplazamientos necesariamente hayan de hacerse en coche. Y otro es que el coche, siendo un invento ¨²til que forma parte de nuestras vidas, no es el ¨²nico medio de transporte para trayectos largos.
El proyecto de reordenaci¨®n convierte la Avinguda del Port en una v¨ªa de direcci¨®n ¨²nica, estableciendo el sentido contrario por una avenida paralela. Esta medida no pretende otra cosa que un flujo mayor de coches hacia el mar, facilitar un acceso m¨¢s r¨¢pido, por fluido, al veh¨ªculo privado, pasando a contar con una sola calzada, central, m¨¢s amplia y despejada que las dos existentes ahora. Esa nueva imagen me parece que ser¨¢ una renovada invitaci¨®n a transitarla en coche. El objetivo me parece discutible: ?se trata de que lleguen mas coches al puerto o de que m¨¢s ciudadanos puedan acceder a ¨¦l? Hay que imaginar lo que puede suceder si, en plenas regatas del Am¨¦rica, todo el mundo se siente animado a desplazarse con su coche...
Ahora el transporte p¨²blico, los buses de la Empresa Municipal de Transportes, discurre en las dos direcciones, con el proyecto lo har¨ªa en un ¨²nico sentido desplaz¨¢ndose su retorno a la avenida paralela. La Avinguda del Port es una v¨ªa vertebradora del Distrito Mar¨ªtimo, de identificaci¨®n y lectura claras para sus vecinos, un car¨¢cter que demanda su uso en los dos sentidos por el medio de transporte con mayor capacidad de viajeros. Ocurre que el servicio municipal de tr¨¢fico no tiene claro que el trasporte p¨²blico debe ser el prioritario y, aunque le reserve un carril en la reordenaci¨®n, no duda en desplazar a otra v¨ªa su retorno. Y menos a¨²n plantea una plataforma reservada para el mismo, tal y como existen en muchas ciudades e incluso en Valencia con el tranv¨ªa de superficie. ?Se ha valorado que la densidad demogr¨¢fica del Mar¨ªtimo justifica dar toda clase de facilidades a los buses p¨²blicos, incluida la posibilidad de esa plataforma?
Por ¨²ltimo, lo que resulta inexplicable a estas alturas del siglo XXI es que el proyecto no contemple la creaci¨®n de un carril bici en la avenida, que deber¨ªa conectarse a una red espec¨ªfica que permitiese el desplazamiento en ese medio por el conjunto de la ciudad. No, el Ayuntamiento de Val¨¨ncia sigue considerando que la bicicleta s¨®lo sirve para pasear los domingos, excluye el pedaleo habitual y diario en una ciudad adecuad¨ªsima para su uso, y la manda decididamente a paseo en la reordenaci¨®n.
Muchas de las grandes ciudades europeas abordan desde hace a?os los problemas que plantean el aumento constante e incontrolado del n¨²mero de coches disuadiendo de su uso en los cascos urbanos. Hay otras pol¨ªticas de tr¨¢fico que, sin excluirlo, tratan de colocar al coche en su sitio. En todas las grandes metr¨®polis europeas hoy cada vez m¨¢s ciudadanos de toda condici¨®n se desplazan en bici y crece la red de carriles para su uso. Esas pol¨ªticas de tr¨¢fico incluyen otras cosas (por ejemplo, medidas que obligan a un tr¨¢nsito calmado), admiten muchos matices y variantes, no siempre son iguales, en todo caso lo que s¨ª parece es que las recetas que aplicamos aqu¨ª est¨¢n anticuadas.
Por favor, que los art¨ªfices de nuestras pol¨ªticas de tr¨¢fico viajen por otras ciudades europeas. Y debatan con los usuarios de la ciudad la reordenaci¨®n que proponen.
Carles Dol? es arquitecto y urbanista
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.