Mujeres que son ejemplo

Hace pocos d¨ªas Simone Veil fue galardonada con el premio a la Cooperaci¨®n Internacional que cada a?o concede la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe de Asturias. Su m¨¦rito fue representar en su trabajo como eurodiputada los ideales de una Europa Unida.

Para quienes a¨²n confiamos en el proyecto europeo como capaz de fomentar la solidaridad en el mundo, este premio supone una doble alegr¨ªa. La primera, conocer que hay pol¨ªticos que defienden unos valores dignos de elogio; y la segunda, aunque no la menos importante, aumentar la lista de mujeres que son un ejemplo para la sociedad.

Han sido demasiados siglos de predomino de los hombres, tanto en lo bueno como en lo malo, y en todos los terrenos. La concesi¨®n de premios de relevancia social a nombres femeninos es un signo de que la mujer empieza a ocupar en igualdad de oportunidades (aunque tan s¨®lo en el mundo occidental, no se debe olvidar) los mismos cargos que el hombre. De esta forma, adem¨¢s, los ideales podr¨¢n pintarse con rostro de mujer en todos los campos. Hasta hace muy poco s¨®lo nos dejaban aparecer en los de la belleza, ahora estamos conquistando los de la inteligencia y el buen hacer. Pero falta mucho para que el femenino resuene con la misma o mayor fuerza que el masculino en el mundo del arte, la literatura, la m¨²sica, etc. Necesitamos mujeres con el Premio Nobel, mujeres como Frida Khalo en la pintura y como Madame Curie o Rita Levi-Montalcini en ciencia. Einstein dijo una vez: "El ejemplo no es la principal manera de influir en los dem¨¢s, es la ¨²nica". Por eso necesitamos mujeres que sean ejemplo, para que la sociedad no interiorice unas diferencias que no son reales, sino culturales.