?Filosof¨ªa? ?Qu¨¦ Filosof¨ªa?
La tramitaci¨®n en curso de la Ley Org¨¢nica de Educaci¨®n (LOE), ha provocado el debate sobre el mantenimiento de la "Filosof¨ªa", y la aparici¨®n de una nueva asignatura denominada "Educaci¨®n para la ciudadan¨ªa". En el informe -preceptivo pero no vinculante- del Consejo Escolar del Estado, se rechaza alterar el actual status de la "Filosof¨ªa" y la inclusi¨®n de la nueva asignatura a cambio de la "?tica". Este primer paso, positivo, abre la puerta de la esperanza (como en el chiste nos alegramos no por mejorar sino por quedarnos como est¨¢bamos), pero no garantiza un solo regl¨®n de la redacci¨®n definitiva que, tras pasar por el Consejo de Estado, el de Ministros y el Parlamento, no habitar¨¢ definitivamente en las p¨¢ginas del BOE hasta entrado el 2006.
Anta?o los j¨®venes estudiaban "Historia de la Filosof¨ªa", asignatura que despu¨¦s se denomin¨® simplemente "Filosof¨ªa", restando esa perspectiva historicista que pod¨ªa entumecer las ya de por natural tiernas meninges cognitivas de los bachilleres. En 1990 se introdujo la asignatura de "?tica". Bueno, no es tan grave, pensar¨¢n. Entendiendo que la "?tica" es a la "Filosof¨ªa" lo que la "Din¨¢mica" a la "F¨ªsica", el paso pod¨ªa interpretarse en clave de especializaci¨®n. S¨ª, pero no. Liberada de sus anclajes te¨®ricos m¨¢s complejos, la "?tica" se presentaba como una filosof¨ªa pr¨¢ctica, m¨¢s accesible y, sobre todo, m¨¢s ¨²til e, incluso, m¨¢s rentable. De facto la ?tica, reducida a "instrucciones de uso" se ha comercializado como ung¨¹ento capaz de cicatrizar las conciencias m¨¢s escocidas, en su versi¨®n, por ejemplo, de "?tica de los negocios". Adem¨¢s, en el horizonte pr¨¢ctico de los alumnos se instal¨® un principio natural que dice que una asignatura que sirve para "ser m¨¢s buenos y mejores" no puede acabar con su propia naturaleza constitutiva siendo pasto del suspenso masivo, algo propio de los "malos y peores", un escenario m¨¢s apropiado para el Lat¨ªn.
La nueva ley en tramitaci¨®n baraja la posibilidad de refundir esa "?tica" en una nueva disciplina que se denominar¨¢ "Educaci¨®n para la ciudadan¨ªa". Desde el momento en que ciudadan¨ªa y mala educaci¨®n son incompatibles, la propuesta resulta harto reiterativa. El t¨ªtulo es tan nefasto que puede desplazar del ranking de nombres est¨²pidos a todo un cl¨¢sico como es "Pretecnolog¨ªa". La pregunta se dirige ahora hacia los contenidos de la nueva asignatura. Si toda la reflexi¨®n sobre la ciudadan¨ªa parte de Arist¨®teles y llega hasta Rawls, por poner dos l¨ªmites, la nueva asignatura volver¨ªa a ser una nueva "Historia de la Filosof¨ªa". No se alarmen. Ya liberados de la palabra maldita, "Filosof¨ªa", no vamos a sacar a los viejos demonios en procesi¨®n. Tampoco se trata de desarrollar un curso de "Derecho Constitucional" o de "Libertades P¨²blicas", ni de ponerse a desentra?ar la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ?en qu¨¦ puede convertirse la nueva asignatura? En lo que est¨¢ usted pensando en este momento: en un remix de derechos fundamentales y de buenos consejos c¨ªvicos, adornado con alguna leve cita de autoridad, todo bien diluido para que configure una papilla sin grumos que puedan indigestar el tracto intelectual de los j¨®venes discentes y con alg¨²n bonus-track en sinton¨ªa con los problemas m¨¢s coyunturales.
Conocido el alcance del proyecto, los profesores de ?tica y Filosof¨ªa, han puesto el grito en el cielo y hacen pucheros con los de Historia del Arte y los de Humanidades, escriben sentidos y sesudos art¨ªculos en las p¨¢ginas de educaci¨®n de los peri¨®dicos advirtiendo del mal del que vamos a morir, y temen laboralmente ser puestos en medios del patio, con un pito y una gorra, a "impartir" clase de Educaci¨®n F¨ªsica. No preocuparos compa?eros. De aqu¨ª a cinco a?os a m¨¢s tardar, esa hipot¨¦tica e imposible "Educaci¨®n para la ciudadan¨ªa" habr¨¢ caducado, su levedad se habr¨¢ hecho insoportable para el ser o no podr¨¢ archivarse en MP3; ser¨¢ entonces el oportuno momento de sustituirla por la SSP, "Sinergia Social Positiva", nueva asignatura en la que los alumnos aprender¨¢n ciudadan¨ªa masaje¨¢ndose los metacarpianos del pie. Las clases se impartir¨¢n en un aula repleta de cojines y con las ventanas forradas de papel celof¨¢n de diversos colores. Una vez superada la asignatura se convalidar¨¢ por la parte te¨®rica del carnet de conducir -no hay cosa m¨¢s ciudadana que parar en un paso cebra- y, con el paso del tiempo, incluso con la pr¨¢ctica.
Llegados a este punto, el lector teme haberse topado con el ¨²ltimo pesimista ilustrado. En parte s¨ª. Pero cada d¨ªa que paso estoy m¨¢s euf¨®rico por pertenecer, m¨¦rito cronol¨®gico no m¨¢s, a la ¨²ltima generaci¨®n para la que la Cultura, con "c" may¨²scula, se contiene y se transmite fundamentalmente a trav¨¦s de un paralep¨ªpedo, manejable -que viene de mano-, cosido por un lado y compuesto de papel, de hojas, concretamente. Ante la nueva situaci¨®n que se avecina, con "Educaci¨®n para la ciudadan¨ªa" o sin ella, aconsejo una f¨®rmula consistente en grandes dosis de paciencia y un punto de intolerancia ante la facilidad con la que los poderes p¨²blicos engrasan este imparable deslizamiento hacia el vac¨ªo.
En Francia est¨¢ ahora muy de moda no llevar a los j¨®venes al colegio y volver al profesor particular, dejando la socializaci¨®n en manos del club deportivo o en la actividad extraescolar. Este retorno postmoderno al Emilio de Rousseau me parece una cosa de pijos anarquistas y de "bobos" (acr¨®nimo de la tribu social conocida como "burgueses bohemios"), pero resulta un s¨ªntoma de los tonos sombr¨ªos que amenazan el horizonte. Aunque no tengo predilecci¨®n especial por el rock sinf¨®nico, recordar¨¢n aquel disco que el grupo Supertramp editara en 1975: Crisis? What crisis? En la portada un indolente toma el sol en ba?ador, repantigado en una tumbona junto a una sombrilla, una toalla, una mesita de playa, y rodeado por un paisaje de basura industrial extrema.
En las j¨®venes v¨ªctimas de estas tendencias regresivas a veces surge la clara percepci¨®n de que, por debajo de la cultura de los politonos y la basura visual, existen muchas "cosas" a las que no han podido acceder y que generan un placer m¨¢s aut¨¦ntico y profundo: culturalmente est¨¢n asilverados, pero no son idiotas. Y cuando tienen oportunidad de conectar con ellas, aunque sea a trav¨¦s de versiones, refritos o la baja divulgaci¨®n, se sienten como quien mira el mar por primera vez: asombrados y enganchados. S¨®lo esto bastar¨ªa para no plantear un catastrofismo ilustrado a lo George Steiner, ni encerrase en la torre de marfil del elitismo intelectual. S¨®lo se necesita un poco de humor, de distanciamiento y hacerse adicto a la teor¨ªa del mal menor: el horizonte del protagonista de la portada de Supertramp. Aunque tambi¨¦n les digo que, en momentos bajos, no me despego de la frase de Rupert Kornmann: "El destino de los Estados es el mismo que el de las personas particulares; s¨®lo se vuelven inteligentes cuando la oportunidad para serlo ha desaparecido".
Manuel Men¨¦ndez es profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y Jur¨ªdicas de la Universidad Cardenal Herrera-CEU.
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