CUADERNO DE BIT?CORA
- El silencio. Vas por los campos de Lal¨ªn y escuchas el silencio de Cui?a. Xos¨¦ (Pepe) Cui?a estaba a punto de serlo todo. Cuando lo del Prestige, cay¨® en desgracia y lo mandaron, como delf¨ªn, en la misma direcci¨®n que el petrolero: al quinto pino. Por eso, ahora va de quinto en la lista por Pontevedra. Alberto N¨²?ez Feijoo, el vice en lugar del vice, el visir Iznogud de este c¨®mic verdadero, es un hombre de verbo f¨¢cil. Pero cuando mitinea en el rural, en cada pausa, se oye el mugir del viento y el rumor de los pinos, sobre todo del quinto. Es el silencio de Cui?a.
- El brindis. Rajoy nunca se fio de ¨¦l, no se sabe si por olfato pol¨ªtico o de registrador de la propiedad. Tal vez influy¨® tambi¨¦n un prejuicio elitista. Esa permanente interrogante, esa perplejidad corporativa, que se le dibuja en el entrecejo a Mariano cada vez que se le aparece el campe¨®n de los de la boina: "?Pero, y ¨¦ste todav¨ªa anda por ah¨ª?". Cui?a lleg¨® al poder desde el campo con un ¨ªmpetu corso, bonapartista. De baja estatura, ten¨ªa ese don cinematogr¨¢fico de mirar siempre en picado a los m¨¢s altos. Se hizo poderoso y se hizo rico. Le concedi¨® a Fraga el trato mao¨ªsta de Gran Timonel. Pero el tim¨®n era de Cui?a. Rajoy nunca le perdon¨® que en el gran congreso autonomista del PP gallego lo enviara a la ¨²ltima fila del gallinero, con la obligaci¨®n f¨ªsica de agachar la cabeza. Intentaron conciliarlos en un abrazo hist¨®rico en Lal¨ªn. Pero en los postres, Rajoy hilvan¨®, socarr¨®n, un brindis demoledor por aquel h¨¦roe que hab¨ªa hecho con tanta rapidez "carrera y fortuna" al mismo tiempo. Fue un brindis zarista, que es como llaman a los brindis con agua fr¨ªa.
- La gabardina. En las encuestas va cayendo el PP por su propio peso, como si los n¨²meros se fueran aproximando al dossier secreto de Cui?a, al contenido de la enigm¨¢tica carpeta con la que retorn¨® del quinto pino, y que llevaba bajo el brazo aquella noche del pasado invierno en que se rebelaron los se?ores de la Tierra y en los garajes de los pazos se oy¨® el relincho de los BMW de Ourense y los Audi de Lal¨ªn. Baltar compareci¨® con el resucitado ante don Manuel. Cui?a abri¨® la carpeta y Fraga qued¨® abrumado. Luego, anunci¨® la vuelta del hijo pr¨®digo con una revelaci¨®n enternecedora: la gabardina que lo protege de la lluvia es un regalo de Cui?a.
- El domingo. La lista de Pontevedra dar¨ªa para una aventura de intriga de Pepe Carvalho, el universal detective gallego creado por V¨¢zquez Montalb¨¢n. Vean. 1?, N¨²?ez Feijoo (El Gal¨¢ctico, seg¨²n Baltar); 2?, Pilar Rojo (de la total confianza de Rajoy); 3?, L¨®pez Veiga (autor de una denuncia que hizo temblar el PP: "Hay quien ha venido a enriquecerse en la pol¨ªtica"); 4?, Xes¨²s Palmou (llamado en p¨²blico "el traidor" por la familia Cui?a); 5?, el mism¨ªsimo Cui?a. Un cap¨ªtulo principal se desarrollar¨ªa el pr¨®ximo domingo. Cui?a llenar¨¢ el polideportivo de Lal¨ªn. Dicen que retornar¨¢ del quinto pino como el corso del exilio. Y que se escuchar¨¢ de fondo, rumiante, el silencio de Rajoy.
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