Fallos de seguridad impidieron arrestar en EE UU a dos terroristas del 11-S

La burocracia, la falta de coordinaci¨®n y la escasa concienciaci¨®n del Gobierno de EE UU sobre la amenaza del terrorismo islamista crearon un escenario plagado de torpezas y desinter¨¦s que los autores del 11-S aprovecharon en su beneficio. Un informe interno del Departamento de Justicia detalla una sucesi¨®n de pistas y acontecimientos que deber¨ªan haber hecho sonar las alarmas en los servicios de inteligencia. El fiscal general, Alberto Gonzales, ha reconocido algunos de los errores.

En los meses inmediatamente anteriores al 11-S, el FBI y la CIA ten¨ªan en sus despachos pistas y sospechas, pero no compartieron la informaci¨®n, no supieron sumarla y ni siquiera se molestaron en investigarla. Hubo cinco ocasiones concretas en las que determinados acontecimientos, pistas o detenciones deber¨ªan haber permitido detectar la presencia de un grupo terrorista en EE UU entren¨¢ndose para ejecutar el 11-S.

Esta conclusi¨®n, sobradamente conocida, viene avalada ahora por los datos espec¨ªficos de la investigaci¨®n interna, un documento escrito hace m¨¢s de un a?o que se manten¨ªa confidencial. El Gobierno de EE UU se ha visto obligado a hacerlo p¨²blico para poder usarlo en el juicio contra Zacar¨ªas Moussaoui, a quien acusa de ser un "terrorista suplente" en esa trama.

El manejo de las pistas

El inspector general del Departamento de Justicia, Glenn Fine, detalla en el informe una serie de desatinos que con la perspectiva del tiempo parecen grotescos: "La manera en la que el FBI manej¨® las pistas constituy¨® un fallo significativo que entorpeci¨® las posibilidades que ten¨ªa el FBI de ser capaz de detectar y prevenir el 11-S", dice el documento.

Se relatan, por ejemplo, testimonios de agentes que hab¨ªan detectado en varios puntos del pa¨ªs un sospechoso inter¨¦s de presuntos terroristas en el aprendizaje de t¨¦cnicas de aviaci¨®n. En el caso de Moussaoui, la perseverancia de una agente en contra del desinter¨¦s de sus superiores permiti¨® su arresto antes de los atentados, pero no por acusaciones vinculadas con terrorismo sino por delitos de inmigraci¨®n. Una vez detenido, el FBI nunca inspeccion¨® su ordenador personal o su domicilio porque no se molest¨® en pedir una orden judicial. Cuando el FBI detect¨® la presencia de otros dos presuntos terroristas -que luego participaron en el 11-S- en San Diego, su seguimiento fue adjudicado con suma parsimonia a un agente sin experiencia antiterrorista.

Durante los trabajos de la comisi¨®n que investig¨® el 11-S, la entonces Consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, reconoci¨® haber entregado al presidente, George W. Bush, un informe titulado "Osama Bin Laden, determinado a atacar dentro de EE UU" tres semanas antes de los atentados, pero el documento no impuls¨® ninguna investigaci¨®n especial.

En declaraciones a la cadena NBC, Gonzalez, culp¨® de los errores de su Gobierno a "algunas leyes que entorpec¨ªan el intercambio de informaci¨®n" entre las agencias.