El hombre de McLaren
La evoluci¨®n de la f¨®rmula 1 no se explica sin la aportaci¨®n de Ron Dennis
Tras una etapa muy larga de ¨¦xitos y despu¨¦s de mantenerse en la ¨¦lite mundial, por un momento pareci¨® que, a partir de 2000, la estrella de Mercedes, asociada a McLaren desde 1995, comenzaba a languidecer. Fueron los a?os de m¨¢ximo esplendor de Ferrari y de Michael Schumacher, que coleccionaron cinco t¨ªtulos mundiales consecutivos. Sin embargo, hab¨ªa un motivo. La causa principal de todos los problemas que sufr¨ªa McLaren era que su m¨¢ximo responsable y propietario, el brit¨¢nico Ron Dennis, prestaba m¨¢s atenci¨®n a la construcci¨®n del McLaren Tecnology Centre que a la propia escuder¨ªa. Hasta que, el 12 de mayo de 2004, la reina y el duque de Edimburgo inauguraron aquella mod¨¦lica instalaci¨®n que cost¨® unos 500 millones de euros y que s¨®lo en jardiner¨ªa -lagos, fuentes y dem¨¢s infraestructura- requiri¨® m¨¢s de 50 millones.
El perfeccionismo del patr¨®n ha llevado al equipo a ganar 16 t¨ªtulos mundiales
El McLaren Tecnology Centre es la envidia de las escuder¨ªas por su capacidad para innovar
Ahora, el centro tecnol¨®gico ubicado en la ciudad de Woking (Inglaterra), lugar de nacimiento de Denis, es la envidia de las dem¨¢s escuder¨ªas. Pero durante los ¨²ltimos a?os, ha sido la pesadilla de la escuder¨ªa McLaren, que ha tenido que ajustar sus presupuestos y oblig¨® incluso al propietario a vender una parte importante de sus acciones al fabricante alem¨¢n Mercedes. Superado aquel momento, Denis vuelve a sonreir, porque sus coches est¨¢n de nuevo en lo m¨¢s alto del podio y son los ¨²nicos que plantan cara a la escuder¨ªa Renault. Desaparecido Ferrari, cinco carreras de las que se llevan disputadas las ha ganado Renault, con cuatro triunfos de Fernando Alonso y uno de Giancarlo Fisichella, y las otras dos se las apunta Raikkonen (McLaren). Hoy ambas escuder¨ªas vivir¨¢n un nuevo duelo.
"La imagen de McLaren es la de Ron Dennis", asegura Pedro de la Rosa, piloto de pruebas de la escuder¨ªa brit¨¢nica. "Y el centro tecnol¨®gico es su obra magna. Seguro que su construcci¨®n afect¨® a la marcha de la escuder¨ªa. Denis estaba muy pendiente del desarrollo de las obras. Y es tan perfeccionista que un d¨ªa vio que un grupo de baldosas del suelo no estaban perfectamente alineadas y mand¨® levantarlas todas". Ahora, sin embargo, en el cuartel general de Woking se ha incorporado incluso un t¨²nel de viento y el nivel tecnol¨®gico es tan elevado que permite mantener un grupo de seguimiento de las carreras en el mismo centro, desde donde se mandan mensajes directamente al box en un segundo. Denis manifest¨®, tras la carrera de Montecarlo, que Raikkonen no entr¨® en boxes con el coche de seguridad en pista, como hizo Alonso, porque se lo hab¨ªan aconsejado desde Woking. Y gan¨® la carrera.
"Denis es muy profesional y muy detallista. Le gusta cuidar la imagen", prosigue De la Rosa. "Le encanta que sus pilotos lleven el pelo bastante corto y que se paseen por el paddock sacando pecho. Pero, en cambio, es muy respetuoso con todos nosotros. Si algo no le gusta, te sugiere otras alternativas, pero no te impone nada. Te dice las cosas sonriendo, pero t¨² ya sabes lo que quiere. Creo que desde este a?o me respeta mucho m¨¢s como piloto. Lo not¨¦ ya en Australia, donde sal¨ª de tercer piloto, pero en Bahrein constat¨® que soy muy r¨¢pido, oy¨® mis comentarios desde el coche y su actitud hacia m¨ª dio un vuelco de 180 grados".
Denis sigue siendo el jefe. Ya no es el propietario ¨²nico de aquella escuder¨ªa en la que se integr¨® en 1980 y que luego compr¨® con Mansour Ojjeh -hijo de Akram Ojjeh, intermediario en la compraventa de armas en Oriente Pr¨®ximo- para crear una sociedad, la McLaren-Tag, que, con un revolucionario motor Porsche turbo, resultar¨ªa invencible durante una d¨¦cada. Para un simple mec¨¢nico que dej¨® sus estudios a los 16 a?os para trabajar como aprendiz y que entr¨® en las carreras en el equipo Brabham a los 18 a?os, todo aquello era como un sue?o. Los hechos se precipitaron desde que en 1971 fund¨® Project 4 y contrat¨® a Barnard, un gran especialista que incorpor¨® la fibra de carbono en la construcci¨®n de las carrocer¨ªas. Un avance que luego fue copiado por las dem¨¢s escuder¨ªas. Su salto a la F-1 se produjo en 1980, cuando Marlboro proyect¨® la fusi¨®n de McLaren, una escuder¨ªa en franco declive, y Project 4. La nueva McLaren International parti¨® con cuatro socios. Pero Dennis y TAG acabaron control¨¢ndolo todo.
"Para m¨ª, la mayor aportaci¨®n de Ron fue que elev¨® el nivel de profesionalidad y aport¨® una nueva imagen de limpieza -sus talleres brillaban- y sofisticaci¨®n al mundo de la F-1", concluye Joan Villadelprat, que trabaj¨® con Denis como mec¨¢nico durante muchos a?os. "Sus ¨¦xitos le llegaron porque supo rodearse de gente muy innovadora: Barnard implant¨® la fibra de carbono y Ojjeh cre¨® el motor turbo".
Gracias a todo ello, Denis elev¨® el list¨®n de una escuder¨ªa que hasta 1980 hab¨ªa ganado dos t¨ªtulos mundiales y la llev¨® a conseguir 16 (siete de ellos de constructores), con pilotos del nivel de Niki Lauda, Alain Prost, Ayrton Senna y Mika Hakkinen. Y ahora amenaza de nuevo con sumar otro, tal vez el a?o que viene, con su ¨²ltima adquisici¨®n: Kimi Raikkonen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.