La otra naturaleza del hijo de campesinos
Ahora tiene el aire de un caballero brit¨¢nico que hubiera aprendido espa?ol en Buenos Aires. Pero es el hijo de dos argentinos que, c¨®mo no, nacieron en Italia. Ella, la madre, era de Emilia Romagna, y el padre era de Bolonia. Ambos fueron de los emigrantes que poblaron Ramallo, al norte de Buenos Aires, una tierra feraz que les hizo la ilusi¨®n de relevarlos de la dificultad de irse de su propia tierra. ?l mismo ha sido un emigrante en Espa?a; desde hace cuatro a?os vive en Madrid, por amor, sobre todo, pero antes, cuando en Espa?a empezaba la transici¨®n, vino a Sitges, a visitar a unos parientes, y aqu¨ª asisti¨® al inicio del espect¨¢culo pol¨ªtico que marca el tono de su primera pel¨ªcula como director, Pasos, que se estrena la pr¨®xima semana. Ahora, Federico Luppi devuelve con ese filme parte de lo que le ha dado la experiencia espa?ola, que incluye muchas pel¨ªculas, numerosas giras, tantos amigos y el amor con el que ahora vive, su esposa, la actriz Susana Hornos, que tambi¨¦n est¨¢ en Pasos. De la diferencia de edad que mantienen -sin decir cu¨¢ntos a?os son, ¨¦l tiene 69 a?os- habla con sentido del humor. Ya lo ver¨¢n.
Para quedarse. "Espa?a viv¨ªa en 1977 un tiempo confuso pero venturoso, y Argentina estaba en el pico del desastre. Todo era perverso, porque quienes nos llevaron a nosotros al desastre fueron gente que nosotros mismos votamos... Espa?a me atrajo, claro, y no s¨®lo por el idioma, por los gestos culturales, sino porque en aquella transici¨®n nos empezamos a mirar... Segu¨ª viniendo, actuando, viajando, y hace cuatro a?os, durante una gira, en Zaragoza, me encontr¨¦ con Susana, que era actriz, pero que all¨ª estaba como espectadora... Descubrimos afinidades, y yo en concreto descubr¨ª en ella una elevada irresponsabilidad, porque quiso vivir conmigo a pesar de la diferencia de edad que nos separa. ?Cu¨¢ntos a?os? Bastantes. Tantos como para tener que mirarla con ojos desprejuiciados para que me parezca mi mujer y no mi hija... El ¨²ltimo descalabro argentino, en 2001, y Susana me convencieron de venir a vivir a Espa?a... Ahora me siento con pocas posibilidades de un retorno; ¨¦ste que tengo ahora es un asentamiento muy s¨®lido, muy firme".
La ra¨ªz. "Pero yo soy inequ¨ªvocamente argentino, de un pa¨ªs armado gen¨¦ticamente (fifty fifty, 50%, como dec¨ªa Per¨®n) por italianos y espa?oles... Mis padres eran campesinos, viv¨ªan en plena pampa gringa, en uno de los lugares m¨¢s f¨¦rtiles de Argentina... Eran hijos de emigrantes inquietos, y yo mismo hered¨¦ esa actitud; as¨ª que me fui a la capital, quise ser dibujante, me enred¨¦ con gente de teatro, y dej¨¦ atr¨¢s aquella vocaci¨®n, que a¨²n mantengo fij¨¢ndome mucho en los grandes maestros que hubo y que sigue habiendo... Alguna vez, distra¨ªdo, dibujo algunos monos... Pero lo m¨ªo fue el teatro, aquella es mi segunda naturaleza. La primera obra que hice fue Ha llegado un inspector, de Priestley, debi¨® ser en 1958, y desde entonces no par¨¦... Lo que ocurre con el teatro es que te obliga a leer, y eso te convierte en una rata de biblioteca y te prepara para la vida, para estar intelectualmente alerta, para estar conectado con la verdad...".
Buena gente. "Representar a otros es muy estimulante; te obliga a buscarte a ti mismo de manera incesante, siendo otro conservas mejor tu propia naturaleza, y esa b¨²squeda te ayuda a ser mejor persona... Ahora que lo pienso, y aunque s¨¦ que en esta profesi¨®n hay tambi¨¦n mucho miserable, debo decir que pocas veces he encontrado actores que sean malas personas; y acaso esa circunstancia es la que hace que haya tanta gente progresista entre nosotros, personas obligadas a relacionarse con la verdad desde la creatividad... ?Mis pel¨ªculas? Hay tantas que no s¨¦ escoger, pero nombrar¨ªa Tiempo de revancha, contra las malas pr¨¢cticas comerciales, y Mart¨ªn Hache, sobre el drama de los emigrantes. Y ¨¦sta, que es mi pel¨ªcula espa?ola".
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