El euro cae a los niveles previos al refer¨¦ndum franc¨¦s por la crisis en la UE
Comienzan a surgir peticiones en Italia y Alemania para volver a las monedas nacionales
El euro concluye hoy las dos semanas m¨¢s trepidantes de su corta historia. Su cotizaci¨®n no ha conseguido recuperar el nivel que ten¨ªa antes del no franc¨¦s a la Constituci¨®n, y se ha hundido despu¨¦s por el peso del rechazo de Holanda, las peticiones en Italia y Alemania de volver a sus monedas y la presi¨®n de la competitividad americana. Ante las dudas suscitadas sobre la misma existencia de la moneda ¨²nica, la clase pol¨ªtica nacional y europea ha corrido en su socorro con una sola consigna: "El euro es la moneda de todos".
El euro no va a desaparecer. Es la opini¨®n un¨¢nime de los analistas y economistas que observan los mercados financieros. Pero ello no quiere decir que se avecinen tiempos f¨¢ciles. La moneda ¨²nica no ha conseguido recuperar el nivel que presentaba la v¨ªspera de la consulta francesa, en que cotiz¨® a 1,22585 d¨®lares. Tras haber remontado el m¨ªnimo que marc¨® el 1 de junio, fecha del rechaz¨® holand¨¦s, en 1,2121 d¨®lares, el pasado viernes se desplomaba hasta 1,2117 d¨®lares.
Lo que m¨¢s preocupa en los mercados es el renacido resquemor frente a las medidas de liberalizaci¨®n y flexibilizaci¨®n de las econom¨ªas europeas. Los franceses, por ejemplo, est¨¢n especialmente preocupados por la Directiva de Servicios que, previsiblemente, franquear¨ªa el paso a firmas del Este de Europa. "Europa necesita reformas estructurales impopulares", dice Vincenzo Guzzo, economista para Europa de Morgan Stanley.
Otra inquietud de los economistas es que la disciplina fiscal de los pa¨ªses de la eurozona se pueda deteriorar a¨²n m¨¢s en medio de la crisis pol¨ªtica, sobre todo a la vista de los procesos electorales en Alemania o en Italia. "Existe el riesgo de que los Gobiernos cedan a pol¨ªticas populistas que, al final, se plasmen en un menor control del gasto p¨²blico", se?ala Guzzo.
Todo ello coincide con un periodo de renovado vigor del d¨®lar, gracias al relativo optimismo sobre la econom¨ªa estadounidense.
En este contexto se producen las llamadas a la descomposici¨®n del euro. La Liga Norte, uno de los partidos de la coalici¨®n gubernamental italiana, tiene previsto reunirse hoy para discutir si incluye en su campa?a electoral de 2006 la propuesta para el retorno de la lira como moneda nacional. Es la idea que a principios de semana provoc¨® una tormenta pol¨ªtica en la UE. Por primera vez desde su entrada en vigor en 1999, el ministro de un Gobierno de la zona euro, Roberto Maroni, responsable de Asuntos Sociales, evocaba la posibilidad. Maroni no es una autoridad monetaria y en Italia fue desautorizado oficialmente por el vicepresidente del Gobierno, pero sus palabras atronaron porque eran eco de lo que d¨ªas antes hab¨ªa trascendido en Alemania, motor de la econom¨ªa europea. Seg¨²n la revista Stern, el ministro de Finanzas, Hans Eichel, y el presidente del Bundesbank, Axel Weber, se hab¨ªan reunido con un grupo de economistas para discutir sobre el posible fracaso de la Uni¨®n Monetaria Europea (UME) ante las perspectivas del fiasco constitucional y las tensiones que la pol¨ªtica monetaria uniforme exigida por el mantenimiento de la moneda ¨²nica crea en econom¨ªas con muy distinto grado de actividad, que van desde la recesi¨®n italiana a la expansi¨®n espa?ola, pasando por el tambaleo alem¨¢n. Un sondeo de Stern revela que el 56% de los alemanes desea el retorno del marco.
Eichel se vio obligado a tomar distancias del torbellino, y declar¨® que todo lo que estaba leyendo sobre el fin de la UME "son s¨®lo tonter¨ªas, sandeces". El vicepresidente del Gobierno espa?ol, Pedro Solbes, ha afirmado: "Cuando tomamos la decisi¨®n de crear el euro se sab¨ªa que era irreversible. Los que saben de esto no tienen ninguna duda".
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