El derecho a la p¨ªldora poscoital
Los autores del texto critican lo que ellos denominan "marcha atr¨¢s" del alcalde Alberto Ruiz-Gallard¨®n de limitar la dispensaci¨®n de este producto a menores de 16 a?os en los centros de salud municipales
Alberto Ruiz-Gallard¨®n ha dado nuevamente marcha atr¨¢s, cediendo a las presiones de los grupos m¨¢s conservadores, al prohibir a los profesionales de la salud dispensar a menores de 16 a?os la p¨ªldora poscoital sin el consentimiento de sus padres o tutores.
La educaci¨®n para la salud es uno de los derechos b¨¢sicos de la persona y una herramienta fundamental para concienciar a la poblaci¨®n sobre la importancia de la prevenci¨®n, evitando comportamientos nocivos y previniendo conductas de riesgo. Un apartado importante dentro de la educaci¨®n para la salud lo ocupa la educaci¨®n sexual. La educaci¨®n para la salud en general y la educaci¨®n sexual en particular entra dentro de las responsabilidades que tiene el Instituto Madrid Salud en nuestra ciudad, responsabilidades totalmente olvidadas, pues el gobierno de Ruiz-Gallard¨®n no ha abordado estas cuestiones tan importantes. El Grupo Municipal Socialista ha solicitado con insistencia campa?as informativas en materia de salud destinadas a j¨®venes y mayores, obteniendo siempre una respuesta negativa, mientras que los propios chirimbolos y marquesinas del Ayuntamiento de Madrid son utilizados en muchas ocasiones para hacer publicidad de productos perjudiciales para la salud, en lugar de para realizar campa?as destinadas a mejorar la calidad de vida de los madrile?os.
Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, esta pastilla carece de efectos secundarios
La sexualidad incluye tres aspectos: educaci¨®n, informaci¨®n y acceso a los servicios
Las familias juegan un papel fundamental en la educaci¨®n sexual de sus hijos y entra dentro de su responsabilidad "acompa?arles" en su proceso de desarrollo y madurez sexual. Pero la educaci¨®n sexual no es s¨®lo una responsabilidad familiar, es tambi¨¦n una responsabilidad social que compete a la Administraci¨®n central, auton¨®mica y, de manera muy especial, a la local. El aborto y las enfermedades de transmisi¨®n sexual (ETS) est¨¢n aumentando en nuestra Comunidad, sobre todo en los tramos de edad que corresponden a la poblaci¨®n m¨¢s joven, y es una irresponsabilidad no tomar las medidas necesarias para evitar estos dos graves problemas.
La Organizaci¨®n Mundial de la Salud propone en sus Estrategias en salud sexual y reproductiva (2001) informar y educar a los ni?os y j¨®venes en todos los aspectos relacionados con la sexualidad y la reproducci¨®n, asegurarles el f¨¢cil acceso a servicios sanitarios, y reducir el embarazo no deseado, el aborto y las enfermedades de transmisi¨®n sexual entre la poblaci¨®n joven, proponiendo para ello alcanzar una tasa de uso de anticonceptivos del 90%. Hay que tener en cuenta que los efectos secundarios de la p¨ªldora poscoital son, seg¨²n la mayor¨ªa de los expertos en la materia, incluida la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, inexistentes, mientras que el embarazo no deseado, sobre todo en menores, o el aborto s¨ª pueden tener consecuencias f¨ªsicas y ps¨ªquicas para la mujer.
Los profesionales de la salud que trabajan en los servicios de salud relacionados con j¨®venes y sexualidad est¨¢n desempe?ando con su labor un papel fundamental en la prevenci¨®n de embarazos no deseados y de enfermedades de transmisi¨®n sexual, y en la mejora de la educaci¨®n sexual de los j¨®venes que acceden a sus consultas, y este trabajo integral se realiza tambi¨¦n con los adolescentes y j¨®venes a los que se les prescribe la p¨ªldora poscoital. ?sta no es abortiva, su efecto es impedir la anidaci¨®n del cigoto y en un porcentaje del 20% aproximadamente impide la fecundaci¨®n, siendo por tanto una p¨ªldora anticonceptiva. No es deseable que una joven de 15 a?os que haya tenido una relaci¨®n sexual de riesgo deje de ir a solicitar la p¨ªldora poscoital por miedo a que se enteren sus padres y que esto pueda desembocar en un embarazo no deseado. La Ley 41/2002 reguladora de la autonom¨ªa del paciente establece que el menor tiene derecho a otorgar su consentimiento y la Ley Org¨¢nica de responsabilidad penal del menor establece que a partir de los 14 a?os la persona tiene responsabilidad civil y penal y, por tanto, derecho al consentimiento. Entonces, ?por qu¨¦ no confiar en el criterio de los profesionales de la salud y dejar en sus manos la valoraci¨®n del riesgo?
Nos preocupa que la medida adoptada por Ruiz-Gallard¨®n repercuta en el buen hacer de la medicina preventiva y que las adolescentes que acuden a los centros municipales de salud dejen de hacerlo por miedo y que la consecuencia de esto sea un embarazo no deseado o una interrupci¨®n voluntaria del mismo.
Y puestos a conocer y consentir, nos preguntamos: ?por qu¨¦ avisar s¨®lo a los padres de la joven?, ?por qu¨¦ no a los padres del joven?, ?es que acaso ellos no son tambi¨¦n responsables de sus comportamientos sexuales?, ?es que los padres y las madres de ellos no tienen que saber qu¨¦ est¨¢ pasando con la sexualidad de sus hijos varones?
Pero queremos ir m¨¢s all¨¢ de nuestra preocupaci¨®n por las repercusiones que para nuestros adolescentes y j¨®venes pueda tener la medida dictada por Ruiz-Gallard¨®n. Para nosotros la sexualidad es un tema integral que incluye tres elementos fundamentales: educaci¨®n, informaci¨®n y acceso a los servicios. Reclamamos al Ayuntamiento de Madrid que asuma su responsabilidad en materia de prevenci¨®n y promoci¨®n de la salud potenciando la atenci¨®n a j¨®venes y adolescentes en materia de sexualidad, desarrollando programas de prevenci¨®n y de atenci¨®n espec¨ªfica para ellos, y destinando los recursos econ¨®micos adecuados.
Pedro Zerolo es concejal de Servicios a la Ciudadan¨ªa del Ayuntamiento de Madrid y Carmen S¨¢nchez Carazo es concejal de Salud y Discapacidad, ambos del Grupo Municipal Socialista.
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