?Qui¨¦n debe a qui¨¦n?
Quiz¨¢ unos extra?os carteles con la frase "?Qui¨¦n debe a qui¨¦n?" hayan llamado su atenci¨®n estos d¨ªas. Pues bien, no es publicidad de una nueva tienda, ni una nueva marca de vaqueros. Es una campa?a internacional que pretende presionar y exigir a los pol¨ªticos que cumplan con los objetivos del milenio: erradicar la pobreza extrema y el hambre, la ense?anza primaria universal, la igualdad de g¨¦neros y reducir la mortalidad infantil.
Es evidente que no estamos en el camino correcto. Una de las numerosas medidas que se deber¨ªan aplicar es la abolici¨®n de la deuda externa. Si las mayores riquezas de nuestro primer mundo se las debemos a esos pa¨ªses que llamamos subdesarrollados, los cuales hemos saqueado y esclavizado durante siglos para poder gozar del Estado de bienestar del que tan orgullosos nos sentimos, ?es l¨ªcito adem¨¢s exigirles ese pago?, ?nos deben algo o les debemos nosotros a ellos?
Seamos honestos, no parece que estemos dispuestos a cambiar nuestros h¨¢bitos, ni siquiera a renunciar a vestir a la moda aunque conozcamos en qu¨¦ condiciones se fabrica la ropa y deportivas que lucimos. Criticamos nuestra maravillosa sociedad de consumo, pero nos siguen hipnotizando las vallas publicitarias de los centros comerciales y todos formamos parte de la vor¨¢gine consumista. Limpiamos nuestra conciencia con un "mensaje de m¨®vil solidario" y nos disculpamos pensando "soy un ciudadano normal, yo no puedo hacer nada". Llegamos como mucho a informarnos y lamentarnos, pero no es suficiente: hay que actuar.
La democracia no es s¨®lo votar cada cuatro a?os, adem¨¢s hay que exigir que se cumpla lo que se nos promete. Dejemos por un instante de mirarnos el ombligo, seamos capaces al menos una vez de levantarnos del sof¨¢ y de protestar, exij¨¢mosles a los pol¨ªticos que cumplan lo que han firmado, ense?¨¦mosles que la democracia es hacer buen uso del poder, porque ¨¦se es nuestro verdadero deber como ciudadanos.
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