Un bosque lleno de regalos

En el peque?o bosque de la dehesa de Montenmedio, entre Vejer y Barbate (C¨¢diz), hay numerosos pinos, t¨ªmidos conejos que se esconden al paso de la gente y una decena de regalos. La Fundaci¨®n NMAC Montenmedio Arte Contempor¨¢neo se ha encargado de repartirlos por el monte. Tambi¨¦n de cuidarlos. Y ahora de difundirlos entre centenares de escolares, un p¨²blico menudo con la mente abierta para captar la esencia de estos presentes al aire libre. Son obras de arte que, a diferencia de los peque?os animales que pueblan el bosque, no se ocultan. Todo lo contrario. Una vez descubiertas, alardean de belleza.

La Fundaci¨®n NMAC ha reunido en sus instalaciones naturales los trabajos de prestigiosos artistas internacionales, que promocionan entre los estudiantes de la provincia de C¨¢diz. Las excursiones se iniciaron en 2001 pero ha sido este curso cuando las visitas se han multiplicado gracias a un convenio con la Diputaci¨®n, que ha facilitado los autobuses para los alumnos. Estudiantes de centros educativos como el Saladobre?a, un colegio rural de Vejer. 37 ni?os, de muy diferentes edades, y dos profesoras, han viajado hasta Montenmedio.

La gu¨ªa de la visita, Roc¨ªo Guti¨¦rrez, recibe a los ni?os con palabras de promesas. "?ste es un bosque especial. Est¨¢ lleno de regalos. ?Quer¨¦is descubrirlos?", pregunta antes de abrir una cancela met¨¢lica que da acceso al monte. Los peque?os asienten, dispuestos a iniciar su particular aventura de descubrimientos. Primero hay un contacto con la naturaleza. "?Sab¨¦is c¨®mo se llama", interroga la gu¨ªa se?alando un ¨¢rbol. Unos se encogen de hombros, otros levantan la ceja dubitativos pero Antonia Mera, de 9 a?os, responde. "Un acebuche". Y la gu¨ªa asiente. "?Muy bien! Es el hermano salvaje del olivo". Ahora les toca acertar la identidad de las sorpresas.

El paseo arranca y el primer regalo se descubre solo. Una construcci¨®n blanca de c¨ªrculos conc¨¦ntricos, que los ni?os corren a definir por su estructura similar a unas gradas. "!Una plaza de toros?", exclaman varios ni?os. La gu¨ªa les corrige y les invita a asomarse al fondo, donde hay una peque?a hendidura con agua. Roc¨ªo les explica que el regalo lo ha tra¨ªdo una artista sueca llamada Gunilla Bandolin y que su intenci¨®n era reflexionar sobre la sequ¨ªa. Las gradas no son tales sino una representaci¨®n de la erosi¨®n.

Hay m¨¢s regalos. Una pared en el lado sur del bosque a modo de colmena que refleja el verde del bosque. Un bloque de hormig¨®n similar a las pir¨¢mides donde s¨®lo pueden entrar los m¨¢s peque?os. Un puente de porcelana que no se puede cruzar. Un cami¨®n militar hundido en medio de un lago que expulsa agua como si fuera una fuente. O ¨¢rboles de acero inoxidable que se han hecho parte del paisaje. "Eso s¨ª, el p¨¢jaro carpintero no termina de acostumbrarse a ¨¦l", aclara la gu¨ªa.

Roc¨ªo les ense?a que los regalos del bosque tienen un sentido. El puente que no se puede cruzar habla de las diferencias culturales. El cami¨®n militar semisumergido defiende la libertad. Para que no olviden que esos presentes esparcidos por el monte son arte.