La foto

Francisco Camps ha vuelto a incumplir la promesa que hizo cuando accedi¨® a la Presidencia de la Generalitat y adquiri¨® el compromiso de comparecer semanalmente ante las Cortes para responder a las preguntas de la oposici¨®n sobre la acci¨®n de su Gobierno. Han sido muchas las ocasiones en que ha faltado a su palabra. De todas ellas, las m¨¢s clamorosas han sido a prop¨®sito del caso Fabra. En febrero de 2004, Camps consigui¨® que la mesa de las Cortes dejara de tramitar las preguntas sobre el asunto planteadas por el diputado de Esquerra Unida Joan Rib¨®. A finales de abril de ese mismo a?o, Rib¨® volv¨ªa a plantear el tema en las Cortes en una situaci¨®n doblemente inc¨®moda para Camps. Por un lado, la fiscal¨ªa acumulaba indicios sobre Carlos Fabra por varios delitos contra la administraci¨®n p¨²blica. Por otro, Camps recurr¨ªa a los apoyos de Fabra para conseguir el control interno del PP regional en el pulso que manten¨ªa con los zaplanistas. Unos pocos d¨ªas despu¨¦s, durante la campa?a de las elecciones europeas de 2004, ?ngel S¨¢nchez consegu¨ªa una inquietante fotograf¨ªa de ambos pol¨ªticos. La imagen era todo un retrato de la situaci¨®n. Camps aparec¨ªa mirando a Fabra mientras esbozaba una animosa sonrisa. Parapetado detr¨¢s de sus gafas negras, es dif¨ªcil saber hacia d¨®nde miraba Fabra. Su rostro no encaraba el del presidente, que aparec¨ªa de perfil. Fabra con la cara girada hacia la c¨¢mara, apenas dejaba traslucir con condescendencia una medio sonrisa. Lo m¨¢s curioso de la imagen era la disposici¨®n de las manos. No era el habitual de un saludo. Camps posaba su mano izquierda sobre la espalda de Fabra, mientras ambos estrechaban la diestra, formando un pu?o y enlazando los pulgares. La fotograf¨ªa evocaba directamente a ciertas im¨¢genes del cine americano, de forma que no nos hubiera sorprendido que el papel de Carlos Fabra hubiera sido interpretado por un Robert de Niro con gomina y papada. En cualquier caso lo m¨¢s sorprendente de la imagen captada por ?ngel S¨¢nchez era la nitidez con la que desment¨ªa el escalaf¨®n administrativo. El Diari Oficial de la Generalitat Valenciana dir¨¢ que Francisco Camps es el presidente de la Generalitat y Carlos Fabra, el de la Diputaci¨®n de Castell¨®n. La fotograf¨ªa retrataba qui¨¦n ten¨ªa realmente el poder. El caso Fabra ha vuelto estos d¨ªas a la palestra y no es de extra?ar que esta fotograf¨ªa haya servido ahora para ilustrar la reacci¨®n de Camps despu¨¦s de que trascendiera que la Agencia Tributaria hab¨ªa denunciado al presidente del PP de Castell¨®n ante la Fiscal¨ªa del Tribunal Superior de Justicia por un supuesto delito contra la Hacienda P¨²blica. La declaraci¨®n de Camps, asegurando que "nadie va a demostrar nada" contra Fabra, parece tambi¨¦n sacada del cine negro americano. El jueves Camps se quedaba solo en las Cortes Valencianas tras negarse a dar explicaciones sobre las actuaciones de Fabra, mientras goteaban las irregularidades del que fuera presidente del Instituto Valencianos de Finanzas (IVF), Jos¨¦ Manuel Uncio. Camps ha alcanzado el ecuador de la legislatura en una situaci¨®n m¨¢s que borrascosa. De poco servir¨¢ la remodelaci¨®n del Consell que prepara, en la que, aseguran, sacrificar¨¢ a una consellera fiel para liquidar a dos zaplanistas. La oposici¨®n no va a cejar en su empe?o sobre Fabra y previsiblemente pedir¨¢ una revisi¨®n de las cuentas del IVF y luz y taqu¨ªgrafos sobre las tarjetas de cr¨¦dito oficiales de todos los cargos p¨²blicos. En esta situaci¨®n, los recargos de impuestos sobre la gasolinas no son el mejor b¨¢lsamo pol¨ªtico.