El tomate y el cine
Los economistas de la cultura europea se re¨²nen en Madrid, Museo del Prado, y dicen que un tomate se puede cambiar por un tejido, pero no por una pel¨ªcula. Los americanos dicen que eso supone un proteccionismo, la creaci¨®n de barreras frente a la divulgaci¨®n del pensamiento. Tendr¨ªan raz¨®n ¨¦stos si no ocurriera que en un pa¨ªs como Espa?a no dominase el cine americano sobre el europeo, y si ese cine fuera bueno y universal, y no un espect¨¢culo llamativo con ideolog¨ªa imperial dentro. Su difusi¨®n se hace sin l¨ªmites independientemente de su calidad. Ese cine es intercambiable por el tomate al que se refiere sobre todo el delegado de Francia con ventaja sobre el tomate. Esto es, que estamos tratando de productos industriales y comerciales, cuyo transporte de cultura es cada vez menor; y cuyo atractivo sobre el ciudadano disminuye. En Espa?a se cierran salas de cine cada d¨ªa, y se ha suprimido la vieja ley que las reten¨ªa: no se pod¨ªa cerrar un establecimiento cultural sin que al reconstruir encima no hubiera otro igual.
Los regidores del mundo se han apropiado de la cultura, que era una creaci¨®n de la sociedad y su diversidad, y los grandes movimientos culturales se han hecho en base a la transgresi¨®n. En el mismo Quijote que con tanta pesadez e insistencia oficial se ha celebrado este a?o hay como enorme factor de calidad la transgresi¨®n a las ideas y las instituciones de su ¨¦poca; en forma de humor o de desgracia, en ficciones de cortes y de aldeas. No hablo de una cultura revolucionaria, sino de lo que es la funci¨®n general de las artes: la cr¨ªtica y la fuente de la realidad. Es posible que no haya habido en Espa?a un arte tan republicano como los retratos que hizo Goya de la familia real, ni tan fuerte enemistad por el fascismo y su guerra que el fascismo de Picasso. Son ideas comunes y sencillas y no pretendo su paternidad: pero la transgresi¨®n no la suelen favorecer las autoridades culturales. La sustituci¨®n del dinero con que el p¨²blico manten¨ªa la cultura por las subvenciones que administra el Estado -todos los Estados- tomando el dinero del p¨²blico para repartirlo seg¨²n sus conceptos de la cultura, que muchas veces se fijan en algunas identificaciones con los creadores, empeora las condiciones culturales.
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