Deterioro
Es dif¨ªcil minimizar la importancia del continuo crecimiento del d¨¦ficit exterior de la econom¨ªa espa?ola. La balanza por cuenta corriente (que integra las transacciones con el exterior en bienes, servicios, rentas y transferencias) en el primer trimestre del a?o registr¨® un d¨¦ficit de 14.767 millones de euros, desde los ya importantes 7.326 millones acumulados en el mismo periodo del a?o pasado. Las tres subcuentas de esa balanza han tenido un comportamiento adverso. El d¨¦ficit comercial ha mantenido su inquietante ritmo de aumento hasta alcanzar los 14.736 millones de euros desde 9.734 millones el a?o pasado. En esos tres meses las exportaciones de mercanc¨ªas crecieron tan s¨®lo un 1,7%, mientras que las importaciones lo hicieron a un ritmo del 12,3%. La balanza de servicios, muy determinada por la reducci¨®n del super¨¢vit del turismo y viajes, la de rentas y las transferencias corrientes atenuaban su super¨¢vit.
Un panorama nada tranquilizador, no tanto por las dificultades de financiaci¨®n que ocasiona como por las serias limitaciones competitivas que revela. El ¨²nico paliativo que cabe aplicar a esas cifras, desgraciadamente circunstancial, es la desaceleraci¨®n de la inflaci¨®n durante el mes de mayo. La tasa interanual de crecimiento del IPC ha quedado en el 3,1%, desde el 3,5% anterior, al tiempo que la m¨¢s representativa inflaci¨®n subyacente baja al 2,3% interanual. Es una se?al inequ¨ªvocamente favorable, pero lamentablemente dif¨ªcil de extrapolar al futuro pr¨®ximo. Son, en todo caso, ritmos elevados de crecimiento de los precios, tanto en t¨¦rminos absolutos como en contraste con los ¨ªndices de nuestros principales socios comerciales y monetarios. La razonable presunci¨®n de que esa contenci¨®n inflacionista puede no tener continuidad tiene en la sequ¨ªa actual y en la volatilidad de los precios del petr¨®leo sus principales valedores.
Son evidencias de un patr¨®n de crecimiento excesivamente dependiente del consumo de las familias y de la construcci¨®n residencial, que lleva a?os descuidando el fortalecimiento de las dotaciones de capital que hacen competitivas a las econom¨ªas: la tecnolog¨ªa y la educaci¨®n. Las m¨²ltiples clasificaciones de la competitividad de las naciones, que han desplazado a Espa?a a lugares postreros en el seno de la OCDE, anticiparon hace a?os lo que ahora rezan las fr¨ªas cifras de la balanza de pagos: la creciente incapacidad de nuestra econom¨ªa para crecer y ser competitivos al mismo tiempo. La soluci¨®n no puede ser otra que intensificar la inversi¨®n, p¨²blica y privada, en conocimiento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.