Punto y aparte
Treinta a?os despu¨¦s, el Supremo de Argentina levanta la Ley de Obediencia Debida y la de Punto Final: hasta tres mil personas pueden ser ahora juzgadas por los cr¨ªmenes de entonces. Militares, se dice. Los famosos militares hispanoamericanos, que copiaron la tradici¨®n del sable en la mesa y los pelotones de fusilamiento que les preced¨ªan en Espa?a: hasta 1936, con ejercicio durante cuarenta a?os. Lejos de m¨ª pretender aboliciones parecidas en Espa?a. Ya est¨¢, ya pas¨®: los despojados lo siguen siendo de padres a hijos, o a hu¨¦rfanos, las clases sociales cambiaron de un vuelco y la cultura se desmoron¨® en el mismo sentido: lo peor en lo m¨¢s alto, lo mejor prohibido y exiliado, o quemado en plazas p¨²blicas, seg¨²n otra tradici¨®n. Ahora apenas se puede pretender ni siquiera un punto y aparte. La cultura no es un libro ni un cuadro o una partitura; es un n¨²mero de personas que la sienten y la difunden, otros que la transmiten y la practican. Siempre que leo las noticias del fracaso escolar -y universitario- me lo explico. Nadie resucita, ni los cad¨¢veres ni los textos; y la pintura va a manchar alguna vieja pared de museo, y la m¨²sica sirve a veces de fondo para un documental de la televisi¨®n.
No veo m¨¢s que una soluci¨®n lenta. Este Gobierno de ahora est¨¢ lavando la cara de la Espa?a momificada por Franco y por sus cosacos, pero ¨¦stos se revuelven y sacan a la calle sus vivas: a Cristo Rey y a Fraga, piden la quema de condones y niegan la sexualidad libre, piden un orden que contenga todas las mentiras que proclamaron en sus VIII A?os Triunfales, lanzan bromas de mal gusto y amenazan a quienes se dejan. Lo peor no es que quieran desmoronar la tradici¨®n librepensadora ni barrer la izquierda: es que no permiten una derecha ilustre, una derecha pensante, abierta, culta. Mientras lo escribo pienso, claro, que son t¨¦rminos contradictorios y antag¨®nicos, pero a¨²n pienso que los hubo alguna vez y que podr¨ªan volver. Pienso que puede haber una Espa?a despu¨¦s de Fraga (y de todos los se?oritos del PP), que no vamos a anular la ley de punto final que supuso la transici¨®n cobardona y la constituci¨®n mal hecha, pero que por lo menos hace falta un punto y aparte. Despu¨¦s de muerto Franco, pasar al rengl¨®n siguiente y recomenzar la Espa?a que ¨¦l asesin¨®.
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