El gu¨ªa de Aubenas no quiso escapar
Hussein Hanoun relata en Par¨ªs su largo cautiverio con la periodista
Hussein Hanoun al-Saadi, de 45 a?os, lleg¨® ayer al aeropuerto de Orly, en Par¨ªs, junto a su esposa y su hijo peque?o. Menos de una semana ha sido suficiente para convencerle de que Bagdad, su ciudad natal, ya no es un lugar seguro para ¨¦l y su familia. "Nadie me ha amenazado, pero tengo miedo", confes¨® el hombre que comparti¨® 157 d¨ªas de cautiverio con la periodista francesa del diario Lib¨¦ration Florence Aubenas, con la que trabajaba como gu¨ªa, hasta que ambos fueron liberados el pasado s¨¢bado.
Atados de pies y manos y con los ojos vendados, sus secuestradores les hab¨ªan prohibido hablar, amenaz¨¢ndoles con palizas -lo que m¨¢s de una vez cumplieron-, y si Aubenas admiti¨® que no supo con qui¨¦n compart¨ªa su celda -un min¨²sculo s¨®tano en el que ni siquiera se pod¨ªa poner de pie- hasta pocos d¨ªas antes de ser liberada, ayer Hussein explic¨® que "sab¨ªa", que "estaba seguro" de que era ella desde el primer momento, pero que tuvo que permanecer en silencio. Revel¨® tambi¨¦n que en dos ocasiones vislumbr¨® la oportunidad de escapar. "Tuve la ocasi¨®n de escaparme dos veces. La puerta estaba abierta ante m¨ª y pod¨ªa salir. Pero no pod¨ªa dejar a Florence sola", coment¨®.
"La puerta estaba abierta ante m¨ª y pod¨ªa salir. Pero no pod¨ªa dejar a Florence sola"
Aubenas, por supuesto, y el tambi¨¦n periodista Christian Chesnot, secuestrado asimismo en Irak el a?o pasado durante 124 d¨ªas, formaban parte del comit¨¦ de bienvenida junto al director del rotativo parisiense Serge July. De momento, dijo, tiene previsto pasar unas vacaciones en Francia antes de decidir sobre lo que har¨¢ en el futuro. En torno a las 17.00, en el mismo aeropuerto al que hab¨ªa llegado en un vuelo de Air Jordania, sosteniendo a su hijo, Husein Hanoun agradeci¨® a Francia -"mi segundo pa¨ªs"- y a todos los franceses lo que hab¨ªan hecho por ¨¦l y haberle acogido.
En los momentos m¨¢s oscuros de su secuestro se consolaba pensando en la movilizaci¨®n que se produjo en Francia para liberar a los periodistas George Malbrunot y Christian Chesnot. "Pensaba que ten¨ªa que estar tranquilo porque hab¨ªa gente trabajando por m¨ª", dijo ayer. Todo eso se confirm¨® cuando sus secuestradores le dijeron que la Embajada francesa quer¨ªa una prueba de que estaba vivo.
Sus secuestradores -sunitas salafistas, precis¨® Hanoun- sab¨ªan bastante bien qui¨¦n era ¨¦l, su condici¨®n de chiita, su pasado como piloto de caza y su trabajo con periodistas. "Pens¨¦ que tendr¨ªa problemas, pero me trataron bien", explic¨®, "me dijeron que eran moderados y que me respetaban".
Hussein Hanoun est¨¢ casado y tiene cuatro hijos, tres chicas y un chico, que ayer lloraba y se agarraba a los micr¨®fonos en el aeropuerto de Orly mientras su padre contestaba a las preguntas de los periodistas. Naci¨® en Bagdad en julio de 1960 y es miembro de la tribu Al-Saadi, compuesta tanto por sunitas como por chiitas, lo que le ha permitido abrirse muchas puertas; se enrol¨® muy joven, con algo m¨¢s de 20 a?os, en el Ej¨¦rcito del Aire y a principios de la d¨¦cada de los ochenta fue enviado a Francia para formarse como piloto de los m¨ªticos Mirage F-1.
Por aquel entonces el r¨¦gimen de Bagdad era uno de los preferidos de Occidente, que le hab¨ªa armado y empujado a emprender una guerra sucia contra su vecino, el Ir¨¢n de Jomeini. Hussein Hanoun combati¨® durante cuatro a?os. Fue condecorado tres veces y alcanz¨® el grado de coronel, aunque a cambio de algunas cicatrices en su cr¨¢neo. En 1991, tras la primera guerra del Golfo, fue desmovilizado.
Desde la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam Husein se convirti¨® en un fixer, mezcla de ojeador y secretario, gu¨ªa, int¨¦rprete, ch¨®fer, compa?ero. Uno de los mejores, con mucha experiencia y una de las mejores agendas de Bagdad. Hasta 10 enviados especiales de Lib¨¦ration han acudido a ¨¦l desde la invasi¨®n. Ahora lo han acogido en Francia. Quienes han trabajado con ¨¦l lo retratan siempre erguido, con sus eternas gafas de sol, junto a su Chevrolet, esper¨¢ndoles en el mismo aeropuerto, acogedor, con la primera intenci¨®n de hacerles sentirse seguros.
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