Detroit da una paliza a San Antonio
Los Pistons igualan a dos victorias con los Spurs por el t¨ªtulo de la NBA gracias a su defensa
Algo ocurri¨® en el d¨ªa de descanso que hubo entre el segundo y el tercer partido de la final de la NBA que ni el entrenador de los Pistons, Larry Brown, ni el de los Spurs, Gregg Popovich, se pueden explicar. Tras dos contundentes victorias de los Spurs en su cancha, el duelo continu¨® en Detroit con los Pistons en plan arrollador. As¨ª, en el cuarto encuentro anularon todos los aspectos del juego de los Spurs y les endosaron una paliza, la mayor que han sufrido en las finales que han disputado: 102-71.
En los Spurs, hay claras se?ales de que algo no va bien. Cuando los suplentes McDyess y Hunter totalizan m¨¢s puntos que su pareja estrella, Duncan y Ginobili, 30 por 28, el problema es serio.
DETROIT PISTONS 102 - SAN ANTONIO SPURS 71
Detroit Pistons: Billups (17), Hamilton (12), Prince (13), R. Wallace (14) y B. Wallace (11) -cinco inicial-; Hunter (17), McDyess (13), Arroyo (3), Ham, Milicic (2) y Dupr¨¨s.
San Antonio Spurs: Parker (12), Ginobili (12), Bowen (6), Duncan (16) y Mohammed (4) -cinco inicial-; Brown (8), Horry (5), Nesterovic, Udrih (5), Barry (3) y Massenburg.
Cuarto partido de la final, al mejor de siete, de la NBA (2-2). El quinto, en Detroit, en la madrugada espa?ola del domingo al lunes.
1? CUARTO: 23-17
2? CUARTO: 28-19
3? CUARTO: 23-21
4? CUARTO: 28-14
Los Pistons consiguieron el r¨¦cord de las menores perdidas del bal¨®n en unas final, 4, y vencieron jugando bien desde el principio gracias a una defensa sofocante, en momentos hasta empalagosa, que cerraba a los Spurs todos los caminos hacia su canasta. Especialmente se lo hicieron pasar mal a Parker y Ginobili, que es un espejismo en relaci¨®n a lo que se le vio en las dos primeras citas.
Para que ello ocurriera, Detroit consigui¨® sacar a San Antonio fuera de su juego habitual forz¨¢ndole a regatear y anotar a trav¨¦s de los uno contra uno, en los que goza de ventaja f¨ªsica. Si en San Antonio la pelota circulaba con comodidad para encontrar la mejor opcion de tiro, en Detroit no hay decisi¨®n que parezca bien tomada.
Ademas, los Wallace han encontrado la manera de que Duncan consiga buenos n¨²meros, 16 puntos y 16 rebotes, y que no tenga, al mismo tiempo, trascendencia alguna en las evoluciones de su equipo. Con ayudas r¨¢pidas y efectivas, Duncan recibi¨® una paliza f¨ªsica. Nefasta fue la actuaci¨®n de algunos de sus compa?eros, como Horry o Mohammed, incapaces de echarle una mano ante la legi¨®n de p¨ªvots de los Pistons.
Ginobili ha dejado su estrella en San Antonio, Prince parece m¨¢s Manu que el propio Manu, Billups se antoja m¨¢s listo que Parker, a Popovich apenas se le ocurren ideas... Es dif¨ªcil de explicar el transplante de coraz¨®n sufrido entre los Spurs y los Pistons. Y el quinto partido tambi¨¦n es en Detroit.
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