Lula reformar¨¢ su Gobierno tras la dimisi¨®n de su 'brazo derecho', acusado de corrupci¨®n
El presidente de Brasil incluir¨¢ a personalidades de la sociedad civil en su Gabinete
Seg¨²n apuntaban ayer todos los analistas pol¨ªticos, sin Jos¨¦ Dirceu, el todopoderoso ministro brasile?o que dimiti¨® la noche del jueves pasado zarandeado por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n, ni el Gobierno ni el presidente, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, ser¨¢n los mismos. Dirceu vuelve como diputado al Parlamento para defenderse de las acusaciones que le hiciera Roberto Jefferson, que acusa al Partido de los Trabajadores (PT) de pagar a los diputados aliados del Gobierno. Lula reestructurar¨¢ el Ejecutivo e incorporar¨¢ a personalidades de la sociedad civil.
Tambi¨¦n Jefferson renunci¨® ayer a la presidencia del Partido de Trabajo de Brasil (PTB), firme aliado del Gobierno de Lula hasta sus denuncias de corrupci¨®n. Se retira, dijo, para "no ara?ar la bandera" de su grupo con los procesos que deber¨¢ afrontar por irregularidades en la empresa estatal de Correos.
Si Lula quiere rehacer las fragmentadas y d¨¦biles alianzas parlamentarias, tras la crisis creada por el PTB, tendr¨¢ que sacrificar ministerios hoy en manos del PT para entregarlos a los partidos aliados, varios de los cuales est¨¢n tambi¨¦n bajo la guillotina de las acusaciones de corrupci¨®n. De ah¨ª que Lula est¨¦ pensando en llamar al Gobierno a personalidades de la sociedad civil fuera de los partidos. Uno de esas personalidades invitadas ha sido el famoso empresario Ab¨ªlio Diniz, del grupo de supermercados P?o de A?¨²car.
Puesto que Dirceu, ex presidente del PT, el hombre fuerte del partido, vuelve a su condici¨®n de diputado militante, ahora Lula podr¨ªa sentirse m¨¢s libre para centrarse en su Gobierno. Lula tiene menos ataduras con su partido de origen, del que siempre se ha quejado ante sus amigos, de que no colabora con entusiasmo en su proyecto, considerado por el PT como excesivamente liberal.
Al permitir que Dirceu saliera del Gobierno en medio de la mayor crisis pol¨ªtica de los ¨²ltimos a?os, Lula ha querido preservar no s¨®lo su imagen, sino la continuaci¨®n de su proyecto pol¨ªtico. Ayer los primeros sondeos realizados despu¨¦s de las graves acusaciones de Jefferson al Gobierno y al PT, dejan intacta la popularidad de Lula, quien hoy ser¨ªa reelegido, aunque s¨®lo en un segundo turno. Eso, a pesar de que el 70% de la poblaci¨®n admite que existe corrupci¨®n en el Gobierno. Para la opini¨®n p¨²blica, Lula parece intocable.
El partido est¨¢ dividido en tres corrientes (mayoritaria, centrista y de izquierdas) y Lula se ha quejado de que no siempre ha podido llevar a cabo las reformas que desea por presiones del partido. No se puede olvidar que a pesar de que Dirceu estaba considerado como la mente de Lula, entre ellos, viejos compa?eros de lucha, siempre existi¨® una sorda lucha pol¨ªtica. Lula, m¨¢s liberal, y Dirceu, m¨¢s de izquierdas. Lula, m¨¢s sindicalista, y Dirceu, m¨¢s pol¨ªtico. Al despedirse del Gobierno, Dirceu, tras haber hecho infinitos elogios a Lula, dijo que siempre hab¨ªa so?ado "gobernar Brasil junto a ¨¦l" y a?adi¨® que Lula representaba la emoci¨®n y ¨¦l, la racionalidad. Ahora Lula deber¨¢ demostrar que ser¨¢ capaz de gobernar no s¨®lo con el coraz¨®n, sino tambi¨¦n con la cabeza.
Acabe como acabe la guerra entre Jefferson y el PT -algo que deber¨¢n dilucidar las comisiones de investigaci¨®n del Parlamento, que comenzaron ayer su trabajo- lo que ya nunca ser¨¢n iguales ser¨¢n las relaciones entre Lula y el PT. Hoy, Lula, arropado por la opini¨®n p¨²blica interna y externa, ya podr¨ªa caminar sin las muletas de su partido. No se puede olvidar que, poco despu¨¦s de su triunfo electoral, Lula lleg¨® a confesar en un viaje a EE UU: "Yo nunca fui de izquierdas".
De hecho, los problemas de Lula con el PT no son con el ala mayoritaria, sino sobre todo con el sector de la izquierda que pide un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n un cambio radical en el modelo econ¨®mico liberal defendido por el ministro de Econom¨ªa, Antonio Palocci, quien siempre mantuvo una lucha con Dirceu. ?ste exig¨ªa una pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s centrada en el gasto social que en la defensa del super¨¢vit fiscal.
No es ¨¦sta la primera vez que Brasil, desde la llegada de la democracia tras la dictadura militar, atraviesa crisis pol¨ªticas dif¨ªciles. Hubo hasta la destituci¨®n de un presidente, Fernando Collor. Hoy, el miedo a que se repita un proceso similar con Lula, de quien la oposici¨®n dice que "no pod¨ªa no saber" acerca del supuesto esc¨¢ndalo de corrupci¨®n del PT y de su Gobierno, existe m¨¢s en los mercados que en el mundo pol¨ªtico. Por el contrario, el l¨ªder de la oposici¨®n, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, afirm¨® que su grupo, el Partido Socialista Democr¨¢tico de Brasil (PSDB) "no quiere echar le?a al fuego", aunque exige que se depuren las acusaciones de corrupci¨®n y que sean castigados los culpables. Cardoso subray¨® que las instituciones del Estado son firmes y que "la democracia est¨¢ garantizada".
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