Estupor europeo
Los integrantes del Consejo Europeo han demostrado en Bruselas que han ca¨ªdo en una fase de estupor tras los noes de Francia y Holanda a la Constituci¨®n. Si se entiende por estupor la disminuci¨®n de la actividad de las funciones intelectuales, acompa?ada de asombro o indiferencia, est¨¢ claro que es lo que define adecuadamente la situaci¨®n en que se encuentra la m¨¢xima instituci¨®n que re¨²ne a los Gobiernos de la UE. Basta comprobar que su ¨²nica reacci¨®n colectiva ante el fracaso ha sido dictar una "pausa" de un a?o para abrir una "reflexi¨®n" abierta a la sociedad. Es un periodo absurdo, pues para 2006 nada se habr¨¢ resuelto salvo las elecciones alemanas, mientras el final del proceso de ratificaci¨®n se retrasa como poco hasta 2007; es decir, hasta despu¨¦s de los comicios franceses. Por mucho que se empe?en los l¨ªderes, si por un azar hist¨®rico llegara a ratificarse el tratado constitucional, nacer¨ªa sin ilusi¨®n alguna en la ciudadan¨ªa.
Esto es todo lo que los dirigentes tuvieron que ofrecer para salir de la crisis de la Constituci¨®n, a lo que sumaban ayer a ¨²ltima hora el fracaso en las negociaciones presupuestarias. Cab¨ªa exigirles mucho m¨¢s. Quiz¨¢s no una soluci¨®n inmediata, pero al menos s¨ª que marcaran un rumbo claro y un m¨¦todo eficaz para que la Uni¨®n salga de esta profunda sima que responde, entre otros factores, a una carencia de liderazgo. Pero s¨®lo han ofrecido una pausa para ganar tiempo. Si el campo del no, vencedor en Francia y Holanda, no es capaz de gestionar ese resultado, el campo del s¨ª tampoco sabe qu¨¦ hacer.
Chirac, uno de los m¨¢s ardientes defensores de esta pausa vac¨ªa, no lleg¨® a explicar qu¨¦ har¨¢ Francia para salvar una Constituci¨®n en coma profundo tras el no en su refer¨¦ndum. El holand¨¦s Balkenende fue m¨¢s claro al confesar que ni su Gobierno ni el Parlamento podr¨ªan ratificarla al menos durante la actual legislatura. Lo ¨²nico claro es que estos dos responsables del desaguisado no tienen ning¨²n mensaje que ofrecer, una vez descartada la respuesta democr¨¢tica m¨¢s acorde que hubiera sido la dimisi¨®n. Tambi¨¦n han querido ganar tiempo para ellos mismos. El futuro queda te¨®ricamente abierto, aunque de hecho se ampl¨ªan los efectos del desastre sobre la Constituci¨®n y se estrechan por ello sus posibilidades de futuro. Cinco de los dirigentes de los pa¨ªses que contemplaban celebrar referendos de ratificaci¨®n se apresuran a dejarlos en el aire. El Parlamento de Luxemburgo decidir¨¢ el martes si mantener o suspender la consulta programada para el 10 de julio, y Polonia deja la puerta abierta. Es la desbandada.
Las circunstancias eran propicias para que Zapatero intentara convertirse en uno de los puntos de referencia del Consejo. Pertrechado del refer¨¦ndum positivo en Espa?a y de su estabilidad como Gobierno, cab¨ªa esperar de Espa?a alguna propuesta de futuro. Quiz¨¢s su escasa experiencia de un a?o en las lides europeas o la necesidad de concentrarse en la negociaci¨®n presupuestaria le han conducido a desaprovechar esta oportunidad. Blair, en cambio, con la perspectiva de la presidencia semestral europea que empieza el pr¨®ximo 1 de julio, puede salir triunfador. Pese a su aislamiento, ha sabido resistir ante la presi¨®n sobre el cheque brit¨¢nico, ha ampliado el debate presupuestario para que incluya la revisi¨®n de la pol¨ªtica agraria y pr¨¢cticamente casi todo, y ha planteado algunas ideas claras de reforma socioecon¨®mica, en sinton¨ªa con su concepto de Europa.
De forma brusca e irresponsable, el Consejo Europeo ha parado las perspectivas de ampliaci¨®n, salvo la m¨¢s inmediata que incluir¨¢ a Bulgaria y Rumania. Es algo m¨¢s que una pausa, que puede frenar las ansias democratizadoras y modernizadoras de zonas como los Balcanes, o de un pa¨ªs clave como Turqu¨ªa, sin ofrecer tampoco alternativas, a la espera de la "reflexi¨®n".
Pese a que las siempre dif¨ªciles negociaciones sobre el futuro presupuestario de la Uni¨®n para 2007-2013 centraron ayer, in¨²tilmente, todos los esfuerzos, ¨¦sta era la cumbre de la crisis de la Constituci¨®n. Los Veinticinco la terminan peor de como la empezaron, sin ninguna perspectiva y desunidos. Fue muy reveladora la frase del jueves del primer ministro luxemburgu¨¦s y presidente de este encuentro, Jean Claude Juncker, cuando les dijo a sus colegas: "Vamos a hacernos esa foto que antes se llamaba foto de familia".
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