Fuenteovejuna
?Menuda se ha armado! Por fin ha estallado la pol¨¦mica acerca de la necesidad que se presiente de comunicar por ferrocarril la Comunidad Valenciana con el resto de Europa. Casi uno de los tramos de v¨ªa f¨¦rrea m¨¢s antiguos de Espa?a es el que proviene de Barcelona-Matar¨® (el decano) hacia Valencia y Almansa para acabar en Madrid por Aranjuez. Fue en 1868 cuando Barcelona y Valencia quedaron enlazadas por tren y Francia quedaba a un paso para poner de manifiesto la vocaci¨®n europea. Inicialmente el Tren de Alta Velocidad era considerado primordialmente para llevar personas de un sitio a otro. Ahora es imprescindible su idoneidad para transportar mercanc¨ªas. La carbonilla est¨¢ de moda porque alguien se ha dado cuenta de que nuestras carreteras est¨¢n saturadas de camiones. El transporte por este procedimiento se est¨¢ poniendo imposible y nos sale muy caro. En 1989 alguien escrib¨ªa "sin mirar ya factores de rentabilidad que no admiten comparaci¨®n con los proyectos imperantes en el mundo pol¨ªtico espa?ol (Madrid-Sevilla y Madrid-Barcelona con apeadero en Zaragoza y el Pa¨ªs Vasco), coartar los v¨ªnculos que conectan a la Comunidad Valenciana con Europa es un poco menos que ir en contra de la Historia". La cita ilustra porque Jos¨¦ Enrique Silla Criado, entonces presidente de la C¨¢mara de Comercio de Valencia, afirmaba hace ya 16 a?os que este tema iba a repercutir en el potencial de la din¨¢mica econ¨®mica y social del eje mediterr¨¢neo espa?ol y su imbricaci¨®n en el marco geogr¨¢fico natural que le corresponde.
En 2005 comprobamos que, gracias a la gesti¨®n de nuestros pol¨ªticos, hemos ido contra la historia y adem¨¢s se han ignorado los intereses econ¨®micos del sistema productivo valenciano. Alguien, coraz¨®n de buen alma, deducir¨¢ que se vuelve a insistir a la endiablada eurorregi¨®n que posiblemente nos conviene de la mano del presidente balear Jaume Matas o del catal¨¢n. Cuando el actual Pasqual Maragall todav¨ªa no hab¨ªa nacido, su abuelo, Joan Maragall, ya se carteaba con los pr¨®ceres valencianos (Teodor Llorente) sobre estos temas. Hemos ido ciertamente contra la historia y contra nosotros mismos y se ha perdido un tiempo precioso. Federico F¨¦lix, desde la plataforma Pro AVE, intenta poner en marcha el ideario que Lope de Vega populariz¨® en su obra Fuenteovejuna. Aqu¨ª todav¨ªa no se ha hecho nada yendo todos a una. Ni tan siquiera se ha liquidado al comendador. Federico ya propici¨® que se construyera la autov¨ªa a Madrid por "cojones". Esta f¨®rmula voluntarista se sustituy¨® por la creaci¨®n de uniones temporales de empresas, con su adecuada rentabilidad, y finalmente la conexi¨®n Valencia-Madrid por carretera moderna se consigui¨®. Pero los test¨ªculos tienen poco que ver con las acciones colectivas que inspiraron la trama de Fuenteovejuna, donde el estropicio intentaba justificarse sin juicio ni defensa. ?Qu¨¦ haremos con el tren? Al menos podemos recordar que el gran impulso de la econom¨ªa valenciana entre las postrimer¨ªas del siglo XIX y los inicios del XX est¨¢ directamente relacionado con la implantaci¨®n de la m¨¢quina de vapor en la agricultura, con la industria y el transporte por barco y ferrocarril. Y nosotros, mientras tanto, traicionando la historia con Fuenteovejuna como pretexto.
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