Un chino en la Guardia Civil
A hacer una llamada desde un locutorio entra uno como un aut¨®mata, sin entablar contacto visual con los dem¨¢s porque llamar desde una de esas cabinas implica una cierta soledad en una ciudad que generalmente no es la tuya. Al cobrarme, el tipo me dijo "dos pesos" en perfecto espa?ol, pero not¨¦ algo raro y levant¨¦ la mirada: el se?or era chino. Hablaba castellano perfectamente, con el acento local como todos los dem¨¢s locales. Pero era el primer chino que ve¨ªa en Buenos Aires.
En Nueva York, uno puede comer un estupendo pollo con arroz y frijoles al estilo cubano en un restaurante chino, con camareros chinos que hablan espa?ol con acento cubano. Hace d¨¦cadas llegaron a Panam¨¢, y de ah¨ª cruzaron a Cuba, donde hicieron fortuna abriendo restaurantes en La Habana, fortuna que metieron r¨¢pidamente a la maleta en cuanto los barbudos de Fidel y el Che llegaron al Malec¨®n, rumbo a la isla de Manhattan. Por lo tanto, existen chinos que hablan espa?ol con todos los acentos, el de Lavapi¨¦s, el porte?o o el de La Habana Vieja, y ello no debe extra?arnos dada la infatigable tradici¨®n de la inmigraci¨®n china de surcar mares y oc¨¦anos y salir adelante laboriosamente en cualquier lugar.
En la Espa?a de las autonom¨ªas, los s¨ªmbolos nacionales despiertan a¨²n enormes pasiones
Pero esto es diferente: ya hay en Espa?a un guardia civil de origen chino. Informaba de ello este diario el d¨ªa en que, mientras miles de personas acud¨ªan a la convocatoria de la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo (AVT) en Madrid, el presidente del Gobierno asist¨ªa a la entrega de despachos a una nueva promoci¨®n de guardias civiles. Entre los casi 3.000 nuevos agentes que se graduaron hab¨ªa ciudadanos de 17 nacionalidades diferentes y, entre ellos, el primer agente de origen chino. ?Qu¨¦ opinar¨ªa el duque de Ahumada? ?Se dar¨¢ de cabezazos contra la pared de su arresto domiciliario el ex general de la Guardia Civil y torturador Enrique Rodr¨ªguez Galindo, que quer¨ªa reconquistar Am¨¦rica Latina con seis compadres?
Peque?as noticias como ¨¦sta indican que las instituciones que anta?o constitu¨ªan los elementos vertebradores de la identidad nacional espa?ola -seg¨²n la versi¨®n oficial del franquismo y de la derecha m¨¢s nacionalista- se ven despojadas de su manto de esencialidad y de sus ¨ªnfulas patri¨®ticas a medida que avanza la democracia y se diluyen las identidades monol¨ªticas y alcanforadas en las aguas revueltas de las sociedades de hoy en d¨ªa. A falta de resolver algunos debates pendientes sobre la definici¨®n y articulaci¨®n de Espa?a, la presencia de un agente chino en la Guardia Civil tiene un valor simb¨®lico rese?able, aunque sea a modo de an¨¦cdota.
Para los que aqu¨ª y en otras regiones mantienen viva la memoria del franquismo, equiparar m¨¢s y m¨¢s moderna democracia a la p¨¦rdida de presencia social y semi¨®tica de s¨ªmbolos como el Ej¨¦rcito o la bandera roja y amarilla es natural y comprensible. Cuesti¨®n diferente es que algunos quieran sustituirlos con otro ej¨¦rcito, y muchos m¨¢s con otras banderas. A cada cual sus patrias, "a m¨ª, mi biblioteca, o la barra de cualquier bar", como dijo el otro.
En cualquier caso, el Gobierno Zapatero parece inscribirse en estas coordenadas de una Espa?a m¨¢s laica, plural y ligera, liberada de identidades fuertes como la patri¨®tica o la religiosa. Sin embargo, el mismo d¨ªa en que el primer cadete chino de la Guardia Civil recib¨ªa su diploma, miles de personas se manifestaban en Madrid, en cierta manera, por todo lo contrario. Si bien es seguro que muchos se manifestaban exclusivamente en torno a la llamada de la AVT, es innegable que subyac¨ªa otro grito bajo las pancartas de apoyo a las v¨ªctimas, grito que se liber¨® cuando, al "Viva Espa?a" con que la periodista Isabel San Sebasti¨¢n puso fin al comunicado, contest¨® el p¨²blico con un rotundo y seco "?Viva!". El ex presidente del gobierno Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar lo explic¨® gr¨¢ficamente en un art¨ªculo los d¨ªas previos: acud¨ªa a la manifestaci¨®n porque no quer¨ªa "menos Espa?a".
En la Espa?a de las autonom¨ªas, los s¨ªmbolos nacionales despiertan todav¨ªa enormes pasiones, las banderas no est¨¢n a¨²n "trenzadas de manera que no haya soledad", como cantaba Silvio Rodr¨ªguez. En los a?os de gobierno popular se hicieron grandes esfuerzos por devolver presencia social a elementos como la bandera y el Ej¨¦rcito, porque -es innegable- todav¨ªa existe en Espa?a una parte del electorado al que ¨¦stos reconfortan. El problema es que, desde la oposici¨®n, el Partido Popular ha optado por mezclar la solidaridad con las v¨ªctimas y la pol¨ªtica antiterrorista del Gobierno con la "unidad de Espa?a". Esta estrategia no hace m¨¢s que agravar la tan degradada "unidad de los dem¨®cratas" frente al terrorismo. Ante este escenario, pierde eficacia la lucha contra el terrorismo y, sobre todo, pierden las v¨ªctimas.
"En la coyuntura actual de mutua desconfianza y constantes reproches entre partidos pol¨ªticos, el riesgo de aislamiento [de la v¨ªctima] se incrementa: se corre el riesgo de que la persona perseguida se repliegue en el colectivo al que pertenece, buscando de esta manera guetos en los que la v¨ªctima se siente arropada y comprendida sin fisuras". Lo dec¨ªa Gesto por la Paz ya en julio de 2000, pero sigue siendo una reflexi¨®n necesaria en estos tiempos en que la cuesti¨®n de las v¨ªctimas divide m¨¢s que une, lamentablemente.
En la Espa?a plural, cada ciudadano ser¨¢ m¨¢s libre cuanto menores sean las implicaciones de sus opciones nacionales, culturales o sentimentales. En cualquier caso, volviendo a la imagen de conjunto, quiz¨¢s llegue un d¨ªa en que un agente ecuatoriano, uno marroqu¨ª y el agente chino en cuesti¨®n detengan una c¨¦lula de extrema derecha espa?ola con toda su parafernalia patri¨®tica y de caza al inmigrante. As¨ª, la ley, la convivencia a secas, habr¨¢n triunfado con elegancia e iron¨ªa sobre las esencias patrias.
Borja Bergareche es abogado.
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