El doble filo del padr¨®n municipal
La gesti¨®n de los flujos migratorios requiere como es obvio de datos. La mejor fuente estad¨ªstica sobre la inmigraci¨®n en Espa?a es el padr¨®n municipal, un registro abierto a todos los residentes, independientemente de su condici¨®n administrativa regular o irregular. El empadronamiento permite a los inmigrantes irregulares acceder a ciertos derechos b¨¢sicos, como la educaci¨®n y la atenci¨®n sanitaria. Su examen permite conocer la concentraci¨®n de los inmigrantes por ciudades, el impacto en su crecimiento demogr¨¢fico, y por tanto calcular las necesidades y adecuar los recursos.
Carles Sim¨®, investigador Ram¨®n y Cajal, ha comparado los padrones de 156 municipios de m¨¢s de 20.000 habitantes. En 1998, se?ala, nueve poblaciones concentraban al 25% de los inmigrantes. En 2004, el mismo porcentaje lo cubren seis. El estudio de Sim¨® revela que en Espa?a apenas residen inmigrantes mayores de 65 a?os; que la presencia de inmigrantes en edad de trabajar es "enorme" en poblaciones como Orhiuela, Paterna o Benidorm; que la de sus hijos en edad escolar es notable -hasta el 30%- en Torrevieja o Fuengirola; y que, en conjunto, se tiende a un proceso de "desmasculinizaci¨®n": La inmigraci¨®n africana ha sido tradicionalmente masculina y la americana femenina, pero ambas avanzan hacia el equilibrio; la asi¨¢tica, tambi¨¦n "fuertemente masculina", no.
El padr¨®n es una fuente para el estudio, pero desde la ¨²ltima reforma de la normativa de extranjer¨ªa, en 2003, es tambi¨¦n un arma de doble filo, seg¨²n la profesora ?ngeles Solano. Aquella reforma exige, s¨®lo a los inmigrantes irregulares, renovar el registro cada dos a?os. Y los datos de todos los extranjeros son susceptibles ser cedidos a otras organismos de la Administraci¨®n, entre ellos la Polic¨ªa. Solanes se?ala que a causa de ello una parte de los irregulares no se empadrona; tienen todav¨ªa menos derechos; disminuye la calidad de los datos disponibles, y estos sin papeles no podr¨¢n acceder en un futuro a la regularizaci¨®n por la v¨ªa del arraigo. Solanes advierte al respecto que, por importante que sea, la reciente normalizaci¨®n masiva no deja cerrada la situaci¨®n.
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