Las encuestas sembraron el p¨¢nico

La elevada participaci¨®n registrada y las sucesivas oleadas de los distintos sondeos elaborados para las televisiones fueron dando, desde el mediod¨ªa, el aviso de una derrota que parec¨ªa inevitable. Hasta el mismo s¨¢bado, el Partido Popular mantuvo que sus datos le permit¨ªan pronosticar, como m¨ªnimo, un 46% de intenci¨®n de voto, lo que equival¨ªa a rozar el 47% obtenido el 14 de marzo de 2004 que, extrapolado a unas elecciones auton¨®micas, habr¨ªa garantizado 37 o 38 esca?os, al borde de la mayor¨ªa absoluta. De ah¨ª el acento que el Partido Popular puso en los indecisos y en el voto de la emigraci¨®n, con la esperanza de que sumaran un esca?o m¨¢s para llegar a la ansiada mayor¨ªa absoluta de 38 esca?os.

Pero, a mediod¨ªa de ayer, las primeras oleadas de los distintos sondeos elaborados para las televisiones ya situaban la horquilla posible para el PP entre los 32 y los 36 esca?os. Toda una ducha de agua helada. Una de las empresas de sondeos daba algo m¨¢s, pero enseguida recort¨® tal previsi¨®n. Adem¨¢s, el modelo que elabora el Partido Popular con la participaci¨®n en distintas mesas electorales -del que presume que nunca le falla- pon¨ªa tambi¨¦n el resultado m¨¢ximo probable en los 36 esca?os.

Los datos demosc¨®picos de la tarde no mejoraron estas previsiones. El modelo interno del Partido Popular pronosticaba una horquilla entre 33 y 35 esca?os, es decir, tres de la mayor¨ªa absoluta en el mejor de los casos. Ya s¨®lo quedaba que todas las encuestas se equivocaran. Y que el modelo, ¨¦se que nunca falla, errara esta vez. Y err¨®.

Aunque el ambiente en la sede del Partido Popular de la madrile?a calle de G¨¦nova, cuando las encuestas se hicieron p¨²blicas a las ocho de la noche, no transmit¨ªa precisamente optimismo. Las encuestas se equivocaron pero, cuando el recuento estaba en el 97,4%, faltaba un esca?o para la mayor¨ªa absoluta. Habr¨¢ que esperar al pr¨®ximo d¨ªa 28 hasta el recuento del voto de los emigrantes, que hace cuatro a?os fueron muy favorables para el Partido Popular respecto a sus adversarios electorales.